El costo ‘e la vida, sube otra vez…; por Teodoro Petkoff
Bill Clinton, en tiempos de una de sus candidaturas, hizo famosa una imprecación que quería poner de bulto la importancia del tema: «La economía, estúpido». Quizás hoy al equipo que nos gobierna le sale algo parecido. La economía se los está comiendo. Para ser justos, en verdad heredaron una situación económica que ya el propio Hugo Chávez se había encargado de lesionar. Pero Maduro y compañía no encuentran cómo zafarse de la trampa económica en la cual los metió el jefe. Comenzaron con una devaluación de 40% que ha repercutido con fuerza de tsunami sobre las economías familiares. Chávez y después sus continuadores fueron abriendo una brecha entre el precio del dólar controlado y el del dólar libre que ha llegado al punto de que la devaluación lanzada en días recientes se va a quedar enana frente a la que obligará esa fosa creciente entre uno y otro dólar.
El deterioro económico del país anuncia tiempos difíciles. Lo peor de todo es que no se ve en el equipo de gobierno la destreza, el conocimiento para hacer frente a lo que se nos viene encima. Las devaluaciones, como es sabido, tienen una consecuencia impepinable sobre el costo de la vida. En un país importador, como el nuestro, donde el año pasado se gastaron prácticamente 60 mil millones de dólares en importaciones, no se necesita ser un águila económica para intuir los efectos de tamaño gasto sobre el conjunto de la economía.
El país está sufriendo y va a sufrir aún más los efectos de una política económica, puesta en práctica por el mismísimo Hugo Chávez, que ha sido heredada por sus sucesores. Pero en estos momentos no se ve, al menos hasta ahora, ninguna voluntad ni ningún conocimiento como para introducir las rectificaciones necesarias. Al contrario, lo que se percibe es más bien un empeño en mantener el rumbo trazado por su antecesor, más que todo por la evidente circunstancia de que probablemente no saben bien cómo afrontar la situación. Ni Maduro ni Diosdado dieron nunca la más mínima señal de que la economía fuera asunto que les interesara y el gran gurú de la economía del régimen, Jorge Giordani, responsable en buena medida de este desastre, asiste sonriente a las reuniones con sus colegas, con una cara de «yo no fui», como si no hubiera tenido nada que ver con las medidas tomadas bajo su rectoría económica durante estos años.
Sin embargo, y a pesar de esto, se tiene la impresión de que por parte de Maduro existe una intención de introducir algunas rectificaciones en la implementación de la vida económica. Son apenas algunos signos, como el acercamiento con los empresarios privados y el nombramiento de Merentes como capitán del «submarino». No se sabe por dónde van los tiros, pero podrían considerarse como la incipiente comprensión por parte de Maduro de que la política económica de Chávez no iba por el mejor rumbo para el país.
El problema es qué se puede esperar de un team donde los dos principales, Maduro y Diosdado, no son propiamente duchos en el tema y el «especialista», Jorge Giordani, más vale que nunca hubiera metido sus manos en ese caldo, que bien morado lo ha dejado.