El cuarto libro, por Marco Negrón
La Fundación para la Cultura Urbana, que está cumpliendo 20 años de su creación, ha dado un aporte de especial significación para la comprensión de la Venezuela contemporánea: como se ha subrayado más de una vez en esta columna, nuestro país registra uno de los porcentajes más altos del mundo de población viviendo en ciudades, pero alrededor de la mitad de esas personas se localizan en sectores caracterizados por grandes carencias en materia de servicios urbanos fundamentales; además, todo el proceso de urbanización ha sido tan acelerado y con una participación tan abrumadora del Estado, que la formación de la sociedad civil en sentido contemporáneo, léase urbana, registra considerable retardo, lo que probablemente explica gran parte de los errores y carencias de nuestras políticas urbanas e incluso de nuestras conductas.
Desde su creación, la Fundación ha hecho un esfuerzo extraordinario para difundir el conocimiento en relación al tipo de sociedad que es hoy la nuestra y estimular el debate alrededor de las distintas lecturas que se han hecho de ella, incluso facilitando la comparación con distintas experiencias de la región y de otras latitudes.
En ese sentido, ha potenciado con fuerza la actividad del mundo académico y de la investigación ampliando su esfera de influencia hacia la ciudadanía en general, a la vez que ha buscado establecer puentes para la comunicación entre los profesionales e investigadores y las autoridades de la ciudad.
Pero además, su interés no se ha centrado exclusivamente en lo urbanístico sino que ha tratado de explorar todo el vasto mundo cultural desde la música hasta la literatura, pasando por la fotografía que se ha ido configurando desde que, en la segunda década del siglo pasado, se inició esa radical transformación de la geografía y los estilos de vida de los venezolanos.
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Trabajando en esa dirección, ella ha logrado crear un fondo de publicaciones que hoy suma más de 130 títulos entre libros, folletos y videos y una extraordinaria colección fotográfica: una vastísima y muy variada panorámica de nuestra contemporaneidad de la cual ningún interesado en comprender la Venezuela de estos años vertiginosos puede prescindir.
De esa densa foresta se quieren señalar ahora tres libros de gran formato, los llamados cenitales, dedicados a Caracas, Maracaibo y Valencia, nuestras tres ciudades principales. Los ensayos teóricos y los textos literarios que forman su esqueleto están apoyados por una miríada de fotografías realizadas por Nicola Rocco desde el helicóptero, que cubren cada centímetro de la trama urbana y del ambiente natural en que se inscribe.
El resultado es un retrato extraordinario de las ciudades que los venezolanos fuimos capaces de construir hasta finales del siglo pasado, con sus maravillas y sus horrores, con sus aciertos y sus equivocaciones: unos documentos excepcionales, un rico tesoro que en las décadas por venir seguirán disfrutando los ciudadanos comunes y escudriñando los estudiosos interesados en entender esa singular aventura que fue la construcción de la Venezuela urbana.
Pero esa labor extraordinaria no se ha desarrollado en mares serenos: en 2010 su ente tutelar, el Grupo de Empresas Econoinvest, fue intervenido por supuesta comercialización ilícita de divisas y los miembros de su Junta Directiva enviados a la cárcel, en la cual permanecieron por casi tres años en medio de toda clase de irregularidades y sin que se les otorgara ninguna clase de beneficio procesal, al cabo de los cuales, al no lograrse demostrar ninguno de los supuestos delitos, fueron declarados inocentes y dejados en libertad plena pero habiéndoles causado daños personales y patrimoniales de consideración.
Pese a ello la Fundación no naufragó: con las inevitables limitaciones del caso, un numeroso grupo de figuras de la cultura lideradas por Rafael Cadenas y Andrés Boersner lograron que mantuviera el rumbo y llegara plena de vitalidad, en medio de la tormenta que arrecia, a estos primeros veinte años.
Ese cuarto libro, evidencia de que en este país hay suficientes dosis de inteligencia, coraje y ética para cerrarle el paso a la desesperanza y seguir emprendiendo grandes proyectos, todavía está por escribirse. Su momento llegará pronto.