El desgaste del gobierno, por Juan Páez Ávila

utor: Juan Páez Ávila | @jpaezavila
La capacidad de maniobra del gobierno de Nicolás Maduro sufre un desgaste casi total, porque no sólo ha perdido la credibilidad al llamar al regreso a la Mesa del Diálogo, después de violar la Constitución Nacional y los acuerdos previos, convocando a elecciones presidenciales el 22 de abril, sino también, contrario a todo entendimiento, su accionar político se reduce al uso de la represión, a la amenaza a sus adversarios y al delirante y fantasioso recurso del supuesto peligro de una invasión por parte de una potencia extranjera.
Cualquiera sea la decisión de la MUD de participar o no en esas elecciones, incluso cualquiera sea el resultado de las mismas, aunque las encuestas indican que la oposición obtendrá la mayoría, los representantes del gobierno de Nicolás Maduro repiten un monólogo orquestado, acerca de un avance de más del 90% de un supuesto diálogo, que la Mesa de la Unidad Democrática desconoce y rechaza por mentiroso.
En artículo anterior destacamos que la oposición dirigida por la Mesa de la Unidad (MUD) y la oposición en general han alcanzado un mayor respaldo de la sociedad civil, cada día que avanza en su propósito de obligarlo a cumplir los acuerdos aprobados en la primera reunión del diálogo, hace más de un año, de liberación de los presos políticos, el reconocimiento a las facultades constitucionales de la Asamblea Nacional, la apertura de un canal humanitario internacional para ayudar a millones de hambrientos que padecen los rigores del desempleo, el alto costo de la vida, el hambre y la escasez de medicinas.
Al gobierno de Maduro le quedan pocas posibilidades de escapar de una segura y definitiva derrota constitucional y pacífica»
El coraje, la valentía, con que las nuevas generaciones de jóvenes demócratas, y de veteranos de muchas batallas políticas y sociales que han hecho historia patria, en los últimos combates por la libertad y el progreso del país, lo han acorralado de tal forma, que al gobierno de Maduro le quedan pocas posibilidades de escapar de una segura y definitiva derrota constitucional y pacífica, en esta elección, siempre que se realicen de una manera transparente y con veeduría internacional.
El cerco institucional que el mundo democrático, a través de Mercosur, que lo expulsó del grupo, la Organización de Estados Americanos, que no le ha aplicado la Carta Democrática Interamericana, porque todavía recibe respaldo de algunos pequeños países del Caribe a los que le regala nuestro petróleo, la ONU y la Unión Europea, que le ha aplicado sanciones al gobierno de Maduro, ha sido y es un puntal de apoyo a las fuerzas internas que luchan por impedir su perpetuación en el poder, tanto del Presidente de la República como de la camarilla incapaz y corrupta que le rodea.
Las respuestas a las encuestas de hombres y mujeres conscientes del rol histórico que les toca realizar, ya es una clara demostración del convencimiento de la mayoría de los venezolanos de pensamiento democrático, de que ya no es posible callar, ni retroceder en el empeño de impulsar y consolidar un cambio progresista, unitario y sin retaliación alguna por razones políticas, y en el que impere la justicia administrada por jueces honestos e independientes.
La presión internacional por una solución democrática y pacífica, debe contribuir en términos sustantivos a ponerle punto final a 18 años gobierno castro madurista, que por incapacidad, dogmatismo estalinista y corrupción administrativa, convirtieron al país de las mayores reservas petroleras del mundo, en una nación de pobres: 83% según la última encuesta de las Universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar y Católica Andrés Bello, dirigida por una cúpula milmillonaria, enriquecida ilícitamente.
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