El diputado Sotillo pide la palabra, por Simón Boccanegra
El jueves pasado, un tal Israel Sotillo, foca parlamentaria muy conocida en el seno de la familia Sotillo, vivió sus quince minutos de fama. Lo pusieran a leer un supuesto correo de Enrique Santos, ex director de El Tiempo, de Bogotá, y actual presidente de la SIP, dirigido al director de TalCual, en el cual este recibiría algo así como instrucciones de Santos para mover la denuncia sobre los chanchullos en el Golfo de Venezuela. La señora Flores, por supuesto, consideró que se trataba de una «denuncia gravísima», que debía ser investigada por la Comisión de Política Interior del Acuario del Capitolio y así se acordó. Por supuesto que tal correo no existe; es un mero producto del mismo inepto laboratorio de guerra sucia que hace unas semanas hizo circular unos pretendidos correos que habrían cruzado Santos y el director de TalCual, que este diario desmontó burlonamente. Esa tentativa fue tan torpemente elaborada que el supuesto correo de Santos en lugar de tener como remitente a éste tenía al propio Teodoro. Ahora, hicieron otro correo, tan idiota como los anteriores. Si en ese acuario donde retozan las focas quisieran ser serios ya deberían haber llamado a Nicolás Maduro para que responda qué está pasando con las negociaciones con Colombia y deberían haber interpelado a Pavel Rondón, a Giovanna De Michele, miembros de la comisión negociadora y, sobre todo, a Francisco Nieves-Croes, también integrante de esa comisión y quien con su memorandum del 23 de marzo pasado echó para afuera lo que, según él, podría resultar en un acuerdo muy desventajoso para nuestro país. ¿Les preocupa cómo llegó el memo de Nieves-Croes a TalCual? No es Teodoro quien se los va a decir. ¿Qué esa publicación alertó al país y, tal vez, abortó un plan antinacional acerca de algo que se tramaba a sus espaldas? Probablemente. Ese es el rol del periodismo libre e independiente y ojalá que esto les enseñe que los asuntos de interés nacional no se deben entaparar.