¿El emprendimiento le gana una a la pandemia?, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
A mediados de octubre, el Fondo Monetario Internacional mejoró su pronóstico 2020 para las economías de América Latina y el Caribe, la región del mundo más golpeada por el covid-19. Sin embargo, advirtió que tomará al menos tres años volver a la situación previa a la pandemia.
En su informe, el organismo multilateral calculó que para este año el producto interno bruto regional se contraerá 8,1% frente a 9,4% pronosticado en junio. Se trata de una leve mejoría en las proyecciones.
Sin embargo, como se ha corroborado, el covid-19 literalmente aplastó la economía de unos cuantos países. Ha llevado a muchos negocios a cerrar o, en el mejor de los casos, a replantearse su estructura. Incluso, algunos países del continente han empezado a anunciar medidas de auxilio para las pequeñas y medianas empresas.
De hecho, el Banco Interamericano de Desarrollo, en su informe publicado en abril, indicó que las pymes pueden verse sometidas a un grave estrés financiero por los efectos de la crisis sanitaria. Sin embargo, Nicolás Cañete, consultor del BID, aseguró que las pymes también pueden ser “parte de la solución para salvar vidas”. “Tienen un papel clave en la provisión de productos y servicios esenciales para la población durante la crisis”, aseguró.
Aunque resulta complicado mantener operativas las pymes y emprender en contexto actual, el mundo emprendedor global –y esto podría sonar contradictorio– vive un momento de expansión impulsado, precisamente, por la pandemia y la inestabilidad laboral. Hay algunos factores que llevan a eso: nuevas oportunidades, menos competencia, cambios en los hábitos de consumo y nueva metodología de trabajo.
En estos tiempos se ha impuesto la máxima: “En medio de una crisis, surgen las oportunidades y las ideas”. Y es lo que hemos visto con los emprendimientos en América Latina. Algunos se han reinventado y prosperado, mientras otros surgieron precisamente como respuesta a lo que se está viviendo. En Venezuela tenemos los servicios delivery o a domicilio que han crecido, precisamente, en cuarentena.
Ahora, hay que estar claro que no todo es color de rosa. El emprendimiento está lleno de desafíos, obstáculos y dificultades, y más en esta época. Existe un alto índice de mortandad en las startups y pymes recién nacidas y esto lo hemos visto incluso antes de la pandemia.
Frente a esa realidad algunas de las cualidades más valiosas que debe de tener un emprendedor para sacar adelante su negocio son compromiso, paciencia y resiliencia, las cuales aplican perfectamente en estos momentos.
Pero no basta que las personas quieran montar su propio negocio como un desafío a conquistar, los emprendimientos nacidos en pandemia deben buscar un norte más allá de la coyuntura y de resolver la necesidad que creó la crisis.
El emprendedor requiere enfocarse en que su negocio tenga trascendencia, para que pueda prosperar con la normalización económica y no estancarse en resolver un problema momentáneo. De lo contrario, lo más seguro es que esté condenado al fracaso.
Entonces, ¿el emprendimiento le gana una a la pandemia? Por los momentos pienso que sí. Claro está, teniendo en cuenta que ningún negocio es inmune en tiempos difíciles y que se requiere de una buena dosis de confianza, entrega y, sobre todo, disposición para asumir los cambios a fin de procurar que progrese.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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