El espinoso tema del presupuesto en Guatemala tras asumir Arévalo
Bernardo Arévalo dejó en claro que su principal lucha será contra la corrupción, pero la pobreza aparece también como uno de los grandes problemas que aquejan a Guatemala
Bernardo Arévalo llega al poder en Guatemala con unas finanzas bloqueadas. Su antecesor, Alejandro Giammattei, le dejó congelado su presupuesto y por el momento no puede concentrarse en cómo va a cumplir lo que prometió en campaña.
Arévalo dejó en claro que su principal lucha será contra la corrupción, pero la pobreza aparece también como uno de los grandes problemas que aquejan a Guatemala: de sus 17 millones de habitantes, más de la mitad son pobres.
Para Ricardo Barrientos, director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, los planes del presidente de Guatemala se complican ahora que se ve obligado a usar el plan presupuestal diseñado por Alejandro Giammattei, su antecesor.
“El mecanismo, la última acción que hizo el expresidente Giammattei, fue sancionarlo porque ese presupuesto fue aprobado por el Congreso. Esta era la propuesta que el Ejecutivo le presentó al Congreso el 2 de septiembre. El Congreso la aprobó el 30 de noviembre”, explica.
“El presidente Giammattei lo sancionó, pero el acto de aprobación del Congreso fue suspendido provisionalmente por la Corte de Constitucionalidad. Entonces, debido a esa acción, en 2024 el ejercicio fiscal arrancó y al día de hoy estamos ejecutando el presupuesto vigente de 2023 en 2024”, prosigue Barrientos.
Ampliación del techo global
En 2023, el presupuesto de Guatemala fue de 14.300 millones de dólares, y de acuerdo con el economista, el Gobierno de Arévalo ha pedido que a esta cifra se le aumenten unos 800 millones de dólares.
“El Gobierno del presidente Arévalo en 2024 está ejecutando el presupuesto de 2023. En este caso se evitan los problemas más graves, pero no es un escenario ideal. Por ejemplo, la proyección de ingresos tributarios y la meta de recaudación que está vigente para 2024 claramente está subestimada, porque este es un presupuesto que tiene un techo global muy por debajo de lo que el entonces equipo de transición le solicitó.
Entonces, es muy probable que el Gobierno vaya a querer acudir al Congreso para pedir, ahora sí, una ampliación del techo global y tener mejores posibilidades de cumplir sus promesas de campaña y lo que ellos plantearon en su plan de Gobierno”.
La deliberación de la Corte de Constitucionalidad definirá si las finanzas siguen el camino trazado por Giammattei o dan paso a uno nuevo y liderado por Bernardo Arévalo.
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