El extraño mundo de Subuso, por Simón Boccanegra
Este minicronista ya está viendo que los únicos sancionados a raíz de todo este lío del Plan Billuyo 2000 van a ser, además de los periodistas que hicieron público el informe de Contraloría, algunos funcionarios de este organismo. Pedro Carreño, voz privilegiada de Chávez en el MVR, ya dijo que en ese cuerpo hay infiltrados de la Cuarta que tratan de «estigmatizar» a la Quinta. Es de imaginar el pánico que debe haber en Contraloría, después de este «estímulo» a su trabajo. El general Rosendo, como quien no quiere la cosa, dejó pendiente la amenaza de demandar a quienes lo habrían calumniado. El valiente clodosbaldo (quien dijo no haber tenido tiempo de ocuparse de Grüber Odreman ni del FUS y del «preliminar» afirmó no saber cuándo se tornaría «definitivo», «porque las investigaciones aún continúan») ya marcó una pauta para sus subalternos: no meterse en vainas; limitarse a investigar alcaldes y porteros pero ni por el carajo meter la lupa en el gobierno central o sus cercanías. De manera que el cuadro está completo. No existe corrupción. Lo dijo Chávez y sanseacabó.