El genio Salas Römer, por Simón Boccanegra
La verdad es que cada día se ve más claro que los venezolanos cometimos un grave error al no elegir a Salas Römer. Este hombre es un genio de la política, un maestro del nado entre dos aguas, un portento del juego simultáneo en dos tableros.
Su declaración de ayer ni Maquiavelo la habría hecho más fina y sutil. Por un lado, con su estilo asertivo (que los envidiosos tildan de arrogante) dice que aceptar los reparos es «perdonar al oficialismo» y acusa de «colaboracionista» a la mayoría de la CD, así como de «traidores» a quienes llamó «negociantes» y no negociadores para, de seguidas, en un giro lleno de elegancia y flexibilidad anunciarnos que si, a pesar de sus advertencias, la CD decide ir a los reparos, él, sin embargo, «colaborará para que la gente acuda a revalidar su firma». Genial, maestro.
Salas «colaborará» (¡oh manes de Freud!) pero, desde luego, sin ser un miserable «colaboracionista». ¡Toma tu tomate, Enrique Mendoza, pa´ que sepas lo que es un big leaguerde la política!
¿Debemos esperar que Salas retire la candidatura del «pollito» a la Gobernación de Carabobo porque la «mayoría oficialista» del CNE no garantiza nada? No, nunca. El genio ya tiene listo el fino argumento que un aprendiz como Quirós Corradi, por ejemplo, no entendería nunca: «no es lo mismo luchar por un derecho que renunciar a este». Deslumbrante, maestro. Hay que quitarse el sombrero. Usted sí sabe meterse en el pantano sin ensuciarse la ropa. ¿Quién no le arrendaría la ganancia?