El gobierno manofloja, por Simón Boccanegra
Muchas veces en periódicos de otros países se encuentran informaciones y datos sobre el nuestro, que nuestros medios (nos incluimos) omiten. Por ejemplo, leyendo la Folha de Sao Paulo, el prestigioso cotidiano brasileño, el lector puede encontrarse con un dato tan sorprendente como el que de seguidas pasamos a comentar. De acuerdo con la Folha paulista en el presupuesto venezolano para el 2014 se puede leer una información que llama poderosamente la atención. En ese balance de ingresos y gastos del país nos encontramos con que los gastos personales del presidente de la República son 16 veces más altos que los de la reina de Inglaterra, estimados ambos en euros. No es concha de ajo, porque aún admitiendo que en el presupuesto presidencial venezolano se incluyen rubros no contemplados en el británico, dado que los monarcas ingleses revisten un carácter sobre todo simbólico, la diferencia, sin embargo, es demasiado brutal como para ser obviada. Esto significa que, traducidos a euros, el primer mandatario venezolano gasta 1,8 millones de euros cada día, es decir, 698 millones al año. Haga usted mismo el cálculo multiplicando esa cantidad por los bolívares que equivalen a 1 euro y se encontrará con cifras que lo harán caer sobre sus posaderas. Esto trae a la memoria aquellos días en los cuales el fallecido presidente Chávez se ufanaba de que su gobierno sería el más austero de la historia.
Lo que nos ha resultado, en verdad, es el más dispendioso de todos cuantos ha habido en nuestra ricachona historia de país petrolero, dado a gastar sin tasa ni medida todo cuanto cae en sus manos, sin la más mínima previsión acerca del futuro. Pero lo de estos tiempos chavistas y neochavistas ha excedido todos nuestros propios records.
Podría alguien atreverse a asegurar que proporcionalmente, nuestro gasto público por habitante es superior al de Brasil, con sus casi 200 millones de habitantes. Una tontería.