El látigo democrático, por Simón Boccanegra
En el sermón del domingo, Chávez dijo, textualmente,hablando de las elecciones en su partido: “Yo siempre he estado con ese látigo, la democratización. No puede ser el mismo grupito de siempre, la misma directiva en el ámbito nacional, unas directivas en cada estado, que se eternizan y las bases siempre allí, recibiendo líneas. No, esa es la vieja política”. No puedo negar que mi corazoncito de viejo animal de partido, tuvo una extrasístole al leer estas palabras. Cosas como esas me llevaron a algunas acres disputas con muy queridos compañeros, en un partido del que fui miembro hace algunos años y en el cual siempre insistí -a Dios rogando y con el mazo dando, por cierto-, en cosas muy parecidas a éstas que Chávez le administró a sus levantiscas huestes. Lo que no comprendo bien, entonces es cómo Yo El Supremo no se da cuenta que ese es exactamente su caso.Ya tiene siete años eternizado en la directiva, él solito, y las bases siempre allí recibiendo sus líneas, sin poderlas discutir.Ya se candidateó para el 2006 y todavía sigue con la pendejadita del 2021. “En este partido, mío, nadie es eterno. Sólo yo”. Un poquito de su látigo democrático sobre sus propias espaldas no le vendría nada mal.Parece que ya hay más de uno que quiere darle su chicotazo.