El maestro Goebbels, por Simón Boccanegra
O aquí se designa pronto una comisión de la verdad imparcial, que investigue en serio, o el Gobierno terminará por envolver los asesinatos del 11 de abril en un manto de confusión y cinismo. Ayer Chávez con el mayor desparpajo afirmó ante CNN que los francotiradores los había colocado la oposición y Baduel sostuvo, en El Universal, que entre los manifestantes había gente con armas largas (como si fuera tan fácil ocultarlas). Ni una alusión por parte de ambos al único hecho incontrovertiblemente demostrado: los tres únicos presos hasta ahora son militantes del MVR, plenamente identificados con la pistola humeante en la mano, y anda solicitado (aunque no sé si realmente buscado) un fulano llamado Richard Peñalver, a quien todo el país vio agotar dos cacerinas de su Glock desde Puente Llaguno. Este diario publicó la foto de un oficial de la GN disparando su pistola al aire… de los pulmones de unos manifestantes que tenía frente a sí. Una investigación bien hecha determinaría si del otro lado también se disparó, cosa que yo no me atrevería a negar a priori. Pero, ante evidencias como las señaladas, ¿cómo se puede, con tanta desfachatez, sin investigación alguna, culpar a unos y exculpar a otros? ¿El Gobierno quiere la verdad verdadera o quiere fabricar una a su medida, repitiendo mil veces una mentira?