El mal récord que acumulan en varios sectores de Caracas por el apagón
En algunos sectores de la capital acumulan más de 120 horas sin luz, mientras Nicolás Maduro pide paciencia y declara más días de «asueto» como forma de evitar el colapso en las calles
Desesperación y frustración. Así se resume el sentimiento de muchos ciudadanos en varios sectores de Caracas que no han recuperado el servicio eléctrico en sus casas desde el apagón del jueves 07 de marzo.
De este apagón hay dos versiones. El régimen de Nicolás Maduro asevera que se debe a un “sabotaje” al cerebro electrónico de la central hidroeléctrica Simón Bolívar, mejor conocida como Guri, y culpan a Estados Unidos, la oposición venezolana y hasta periodistas; mientras que expertos en el área explican que se debe a la falta de mantenimiento y desinversión en el Sistema Eléctrico Nacional.
Los vecinos de Terrazas del Club Hípico, del municipio Baruta (estado Miranda) se inclinan a creer la segunda opción. A las 10:30 am del martes 12, Mirtha Loyo no sabía lo que era prender un bombillo o algún electrodoméstico en su casa debido al más que prolongado corte de electricidad.
“Hay comida que se me dañó, otra la regalé. No tengo nada en la nevera ya, no tiene sentido comprar nada porque no hay nevera para poder refrigerar. Apenas cociné unas cosas que una vecina me prestó su cocina. Esto es inhumano. Todos lloramos cuando una vecina con cáncer bajó desesperada para buscar dónde refrigerar su tratamiento”, asevera Loyo.
Sus vecinos estaban alterados por la falta de agua, al igual que ella. Mientras un hombre le gritaba al vigilante de su edificio que no dejara entrar a nadie porque “¡vienen es a quitarnos el agua! ¡Aquí no entra nadie que no sea del edificio! ¡Cierra esa puerta ya!”, Loyo comentaba que la falta de agua era un nuevo reto que afrontar.
“Aquí viven muchas personas mayores. Este edificio tiene 16 pisos y casualmente muchos abuelos viven en los pisos altos. Tú los ves subiendo por las escaleras con tobos o pimpinas. Ya estamos sacando la poca agua que queda del tanque”, refiere.
Además, tienen que vivir con la incertidumbre de posibles saqueos y la presión de la barriada de Santa Cruz del Este, que ya saqueó un supermercado cercano y varios comercios el domingo en la tarde.
Loyo explica que “los de Santa Cruz trataron de meterse en los apartamentos de Parque Prado a saquearlos, cortaron el cerco eléctrico pero no lograron pasar más. Eso fue mientras saqueaban también en Parque Humboldt. Aquí estamos todos alterados por esto. ¿Cuándo van a resolver?”.
El problema de electricidad en la zona también incluye la explosión de la subestación Humboldt, que ocurrió durante la madrugada del lunes. Cristina García, que trabaja para dos personas mayores como cuidadora, comenta que solo quedaron alrededor de 10 familias en un edificio de 16 pisos.
“Todos evacuaron, como si esto fuera una guerra. Pero es que no hay luz, no hay agua, cortaron el gas por el peligro luego de la explosión en la subestación. ¿Cómo come la gente? Toda la comida se dañó”, señala.
En la urbanización Miranda, ubicada en el municipio Sucre de Miranda, son otros de los olvidados en la restitución de electricidad. “Si contamos las horas que supuestamente hubo luz, aquí no reunimos ni 45 minutos”, sentencia Manuel Centeno.
“Mi mamá tiene 102 años, imagínate cómo estoy haciendo. Yo no sé porque la gente no sale a quejarse. Esto es una situación invivible (…) Nosotros tenemos gas, y por suerte el miércoles compre dos bombonas grandes. ¿Sabes cuánto cuesta una bombona? Tres mil bolívares en efectivo”, relata Centeno.
Por su parte, Scarlet Weisshaar equipara la falta de servicios básicos con una situación de guerra. “He estado comiendo puro pan con queso, una vecina me dejó cocinar un pollo ayer y tengo algo, pero no sé cómo haré”.
Weisshaar trabaja vía online, por lo que su producción ha sido nula, “algo que en la empresa han logrado entender. Hay poco taxi, poco transporte. No me explico cómo dejaron colapsar algo tan vital, la gente que tiene bebés ¿cómo hace? No puede ser tanta negligencia”.
En zonas de Caucaguita, Mariches y Turumo tampoco ha regresado la luz. En esta última urbanización vive Rita Liliberto, quien se fue a casa de uno de sus hijos debido a las más de 126 horas sin electricidad.
“A mí y mis vecinas, somos pura gente vieja. Perdí todo el mercado, todos los perdimos. Nadie da una respuesta, nadie dice nada, hasta incomunicados estábamos”, explica Liliberto.
Los padecimientos por agua también eran antiguos. Liliberto relata que “desde que yo vivo en Turumo no llega ni una gota de agua. Tengo cuatro años comprando cisterna, y cuesta 800.000 mil. Esto es insufrible”.