El Metternich de la Casa Amarilla
¿A son de qué se quejaba Maduro de que el gobierno colombiano no había permitido la presencia de expertos venezolanos en las pruebas de ADN efectuadas a Emmanuel y sus familiares por la Fiscalía del vecino país? ¿Hasta cuándo hacen el ridículo este canciller y su gobierno? ¿Pensaba Maduro enviar a Bogotá al mismo científico que va a examinar las cenizas de Bolívar para establecer que Chávez desciende en línea directa del Padre de la Patria? Deberían irse bajando, Chacumbele y los ganapanes que lo acompañan, de esa nube que los hace creerse sujetos de una suerte de superioridad moral que les permitiría inmiscuirse en los asuntos internos de otros países.Ya Chacumbele recibió un sopapo cuando creyó que podía telefonear al comandante de las Fuerzas Armadas de Colombia pasando por encima del Presidente de ese país. Uribe no podía aceptar tamaña impertinencia. Ahora, Maduro creyó que podía poner en tela de juicio la idoneidad de las instituciones científicas colombianas y de la Fiscalía de ese país -que, por cierto, ha llevado a juicio a cualquier cantidad de parlamentarios uribistas por el caso de la parapolítica. ¿Cree Maduro que nuestras instituciones son más independientes y confiables que las colombianas? ¿Cree Maduro que esta Fiscalía nuestra, deshonrada y degradada por el poeta Isaías, sería capaz de algo parecido aunque sea con un portero de ministerio? Pero, posteriormente, cuando las FARC reconocieron al niñito, Maduro se «regocijó»de que hubiera sido establecida su identidad. Claro, porque la palabra de una banda de narcotraficantes y secuestradores es más creíble, para Maduro y sus jefes, que la de la Fiscalía colombiana.