El millardito y sus historias, por Simón Boccanegra
Autor: Simón Boccanegra
Lo peor de toda esta historia del millardito es que al gobierno, por la ineficiencia y la corrupción, le sobra plata. La ejecución del presupuesto es tan ineficiente y tan corrupta que buena parte de los organismos oficiales, comenzando por los ministerios, tienen millardos y millardos de bolívares colocados en la banca, para programas que nunca se ejecutan.
Hay hasta fideicomisos a diez años y plazos fijos a montones.
Hay ministros que al recibir sus partidas presupuestarias las colocan de inmediato en plazos fijos, donde van generando intereses mientras duermen los proyectos que supuestamente deberían ser financiados con ese dinero. Esos intereses, como es práctica tradicional, se comparten entre la institución y quien decide la colocación. El propio Giordani se vio obligado a admitir que la solicitud chimba del millardito no está acompañada, ni siquiera por cubrir las formas, de los proyectos agrícolas que supuestamente deberían ser financiados con esa plata. Un guasón comentó por lo bajito, en los pasillos del Ministerio de Producción y Comercio, que con cobrarle a Cuba los 700 millones de dólares que le debe a Pdvsa Chávez tendría su millardito.