Él mismito se sigue matando, por Simón Boccanegra

Ayer, Chacumbele pidió a Diosdado que asumiera la construcción de la autopista San Cristóbal-La Fría. La razón es que «con este gobernador» (refiriéndose a Pérez Vivas) esos trabajos no terminarían nunca. De pronto se dio cuenta que el Táchira estuvo gobernado en los últimos ocho años por uno de los suyos, Ronald Blanco, así que no tuvo más remedio que reconocer públicamente que con » el anterior» no se había avanzado nada, en los trabajos de una autopista que ha tomado más tiempo que las pirámides de Egipto en ser construida. Pero, encima de todo, Chacumbele, por lo visto, ignora que esa autopista, como las demás, ha estado siempre bajo la responsabilidad del gobierno central, porque se trata de obras que están más allá de la capacidad de las gobernaciones. De modo que del tiempo que tiene esa vía en construcción, diez años completicos le tocan a este gobierno. Pero, dijo que «ahora sí» le iban a echar pichón.
Ojalá, pero hay razones para dudarlo si es Diosdado el encargado de ejecutar la obra. En Miranda no lo recuerdan como particularmente eficiente. Y hablando del Táchira, en ese estado la autodemolición del chavismo avanza con botas de siete leguas.
Pérez Vivas ganó la gobernación por apenas 1,5% de diferencia.
Dos meses después, en el referéndum para la presidencia vitalicia de Chávez, la brecha fue de 15 puntos y en San Cristóbal, el rechazo duplicó a la aprobación, con 30 puntos porcentuales de diferencia. Se ve que hasta en el chavismo cayó mal (y sigue cayendo) el arrebatón de que fue víctima el gobernador elegido.
Chacumbele se sigue matando solito. ¿Cuántos puntos le habrá quitado la visita del domingo, dedicada a continuar vapuleando a Pérez Vivas?