El mismo excremento, por Simón Boccanegra
Como en los tiempos en que Recadi era utilizado para chantajear a los medios, Chávez, con la misma inmoralidad y falta de escrúpulos, blande el Seniat como un garrote contra medios a los que denuncia como «enemigos». Toda la política de lucha contra la evasión de impuestos ha sido brutalmente desacreditada por Chávez. Este minicronista ha aplaudido el empeño en hacer que la gente pague sus tributos correctamente. Pero, para eso, el Seniat no puede tener ningún sesgo político. Todo evasor, sea quien sea, amigo o enemigo del gobierno, debe ser castigado, sin amenazas previas, sin esos chistecitos balurdos y perdonavidas sobre «la lista que aquí tengo… ¿la digo?» Pero, la lucha contra la evasión supone el debido proceso y el derecho a apelación. Supone respeto a las normas institucionales. Cuando el presidente amenaza públicamente vulnera la institucionalidad. No hay tal lucha contra la evasión sino que de ella se hace un mero instrumento político para acorralar adversarios. La lucha contra la evasión aparece, de este modo, con tan escasa calificación moral como la evasión misma. Como diría el seráfico señor Miquilena en su último intento por elevar el debate: es el mismo excremento.