El Mundo: Ministro español escondió que tuvo una segunda reunión con Delcy Rodríguez
Rodríguez sí bajó del avión y pasó la noche en España, en una habitación reservada para ella por Sky Vallet dentro del aeropuerto de Barajas, custodiada por dos funcionarios de la Policía Nacional
El caso «Delcygate» sigue generando revuelo gracias a las constantes informaciones conseguidas por medios españoles que echan por tierra lo declarado por las autoridades de España.
En este caso, El Mundo reveló una serie de contradicciones evidenciadas en declaraciones públicas del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, sobre la visita realizada por la vicepresidenta del chavismo, Delcy Rodríguez, a España a pesar de las sanciones internacionales que pesan sobre los funcionarios del régimen de Nicolás Maduro.
De acuerdo con el medio español, Ábalos habría mantenido una conversación al menos 20 minutos con Rodríguez en una sala VIP de la compañía Sky Vallet en el aeropuerto de Barajas, a pesar de que el funcionario español solo confesó haber hablado con ella en la aeronave a la que arribó, además con el propósito de informarle que no podía ingresar debido a las sanciones.
Rodríguez sí bajó del avión y pasó la noche en España, en una habitación reservada para ella por Sky Vallet dentro del aeropuerto de Barajas, custodiada por dos funcionarios de la Policía Nacional.
Por otra parte, todos los elementos indican que las autoridades del gobierno español sabían sobre la presencia de Rodríguez en el avión Falcon 900 que partió desde Caracas, mientras que la funcionaria chavista tenía conocimiento sobre el tiempo que debía permanecer la aeronave en el país ibérico, ya que esos detalles están programados de antemano, y decidió viajar aún con conocimiento de que lo tenía prohibido a raíz de las sanciones, sin embargo, decidió correr el riesgo para encontrarse con un personaje importante del gobierno español.
«La aerolínea tenía la obligación de comunicar el embarque de una persona sometida a sanciones por violar derechos humanos desde el mismo momento en que se produce. No ha trascendido la hora exacta de la alarma, pero por el inicio del dispositivo de seguridad se deduce que el Ministerio era conocedor del problema con suficiente antelación», reseñó el trabajo de El Mundo.
Otro detalle que despierta sospechas es que a Rodríguez en ningún momento se le pidió un documento de identificación en el aeropuerto, lo que debía generar algún tipo de reporte al ser una persona sancionada por la Unión Europea. «Es común que para viajeros que llegan desde fuera del espacio Schengen se pida algún tipo de documento aunque permanezcan en tránsito», advierte El Mundo antes de aclarar que a otros cinco pasajeros sí les solicitaron documentación.
La segunda reunión entre Rodríguez y Ábalos en la sala VIP de Sky Vallet apunta a haber sido casual, según fuentes del Ministerio de Transportes. Al parecer, se encontraron nuevamente de manera fortuita en estas instalaciones ya que el ministro debía salir «forzosamente» por esas dependencias. Las mismas fuentes aseguran que la conversación de 20 minutos no tuvo ningún contenido político, y que el funcionario español se limitó a explicar a la chavista que iniciarían los trámites para su viaje.
Lo que genera aún más incertidumbre y señalamientos es la postura del propio Ábalos, que ha ofrecido declaraciones contradictorias y ha tenido que retractarse tan pronto como sale a la luz la verdad sobre ciertos hechos de esa noche.
En primer lugar, el ministro aseguró que acudió al aeropuerto a recibir a su «amigo» Félix Plasencia, que llegaba en el Falcon 900 donde también se encontraba Rodríguez. Reconoció haber saludado «de forma casual y fortuita» a la funcionaria sancionada al toparse con ella en la aeronave. Posteriormente, reconoció que sostuvo una conversación de 25 minutos con ella en la que intentó disuadirla de pisar suelo español por instrucciones del ministro del Interior. Una vez que testigos visuales aseguraron haberla visto en el aeropuerto, Ábalos procedió a declarar que se despidió de ella «un breve instante», cuando en realidad hablaron por al menos 20 minutos más.
*Con información de El Mundo de España