El mundo necesitaba un toque de venezolanidad, por Marianella Herrera Cuenca
Twitter: @mherreradef | Instagram: @nutricionencrisis
El mundo esta complicado. Desde hacer las pruebas requeridas para descartar covid pasando por la forma de viajar, continuando con la nueva manera de trabajar y relacionarse. Si, en efecto, como nos ha cambiado la vida. Pero más allá de las fronteras de la pandemia, a los venezolanos ya nos había tocado una crisis que hizo de alguna manera que tanto quienes estamos hasta ahora en el país, como quienes están fuera de él hayamos desarrollado una resiliencia interesante para afrontar los cambios.
Los venezolanos como diría mi madre, tenemos ese toque “medalaganario” que tiene una parte negativa: nos cuesta “entrar” por la ruta de las normas, sobre todo en nuestro país porque además se le considera innecesario seguirlas, pues si nadie pone unas reglas justas para todos, nadie sigue nada así de simple.
Sin embargo, esa característica contribuye al desarrollo de la creatividad, de la innovación y desde la rebeldía promover espacios distintos de emprendimiento, arte, ciencia, literatura y comunicaciones. Pero además, el humor innato de los venezolanos no es de despreciar. Es así como los venezolanos globales a lo largo y ancho del planeta hemos aportado una nueva perspectiva para abordar muchas situaciones, para enfrentar el reto de trabajar en espacios desconocidos o transitar por el mundo de las crisis humanitarias con otra mirada.
*Lea también: Para comer, educar y curar, por Gustavo J. Villasmil Prieto
Nada más que vea usted lo que son ahora las arepas y los tequeños en el mundo, a Messi en su despedida del Barsa, le ofrecieron tequeños dentro de los pasapalos servidos. Las arepas, ahora son conocidas y hasta premios ganan los emprendimientos gastronómicos que las llevan, y es que al mundo le gustaron las arepas venezolanas, las rellenas con carne, pollo, o reina pepiada y mucho más. Influencers extranjeros hacen videos acerca de cómo hacen sus arepas, y los venezolanos y venezolanas casados con otras nacionalidades han llevado las arepas y otras tradiciones a las mesas familiares interculturales. Nada más ver las cuentas en Instagram y otras redes sobre los matrimonios venezolanos globales y vea usted la influencia que de persona a persona se realiza.
Otro ejemplo, los médicos venezolanos son conocidos por mirar a los ojos de las personas, porque los médicos venezolanos entregamos no solo el conocimiento, sino el corazón, vamos al lado humano de la enfermedad y buscamos la salud integral de las personas.
Y así sucesivamente, el arte, la literatura, la pintura, la escultura, la gastronomía, la música, la ciencia. Los venezolanos hemos llenado con nuestra esencia un espacio global donde le hemos recordado al mundo que la memoria familiar importa, y que aun cuando ahora los crímenes en América Latina son culpa de los venezolanos, no se nos olvida cuando éramos la nación a la que todos querían venir (por cierto, muchos que vinieron y ahora con doble nacionalidad se fueron a sus países de origen para engrosar las filas de los venezolanos culpables en el mundo, pero esa es otra historia).
Los venezolanos de bien, le hemos dado una perspectiva distinta al mundo, con la rebeldía clásica de quien no quiere aceptar que no puede ser distinto, que no puede ser el primero en decir algo o que no abre una puerta que no estaba abierta. Por eso el mundo necesitaba un toque de venezolanidad, una mirada distinta a unos cuantos lugares comunes de la humanidad.
Cuando llego el covid-19 al mundo y hubo escasez, ya los venezolanos sabíamos de solidaridad, cuando hubo que hacer colas nosotros sabíamos de conversaciones y amigos de hacer “colas” para cuidarnos el puesto y no perder tanto el tiempo. Cuando tuvimos que salir caminando, llevamos nuestro país a cuestas y nuestras arepas, cachapas, tequeños y hallacas para compartirlas con el mundo. El mundo, a partir de una crisis sin precedentes también ha conocido a un país que ahora no tiene fronteras, está instalado en cada rincón del planeta con sus aromas, su música y su gente.
Marianella Herrera Cuenca es Médico, Profesora UCV-CENDES-F Bengoa
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo