El oro que vuela, por Carlos M. Montenegro

En Venezuela el asunto del oro durante casi todo el 2019 es lo que “los twitteros” denominan un trending topic, pero persistente pues trae a mal traer a tirios y troyanos, y sobre de qué color, sírvanse ustedes mismos.
Como es sabido muchos países guardan buena parte de sus reservas de oro en instituciones preparadas para garantizar su seguridad estableciendo convenios con los Estados propietarios. Suelen ser instituciones financieras, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) que reparte el oro que le confían en diferentes bancos privados o estatales, como el Banco de Inglaterra, el Banco de España, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, El Bundesbank alemán, el Palazzo Koch sede de la Banca d’Italia o a 27 metros por debajo del nivel de calle en Paris, en la bóveda del Banque de France fundado por Napoleón en 1800.
Aunque los Bancos nacionales de los países pertenecientes a la Unión Europea están supeditados al Banco Central Europeo sus formidables instalaciones siguen custodiando las reservas de su país y las de otras naciones.
Que este régimen siente especial aprecio al patrimonio aurífero nacional está fuera de toda duda, con qué intenciones ya es otro asunto; se manifestó desde el principio, cuando el presidente sobrellevado decidió no fiarse de italianos, ingleses, franceses españoles y mucho menos de los gringos imperiales, decidiendo pasar la raqueta por los bancos que custodiaban el dinero de los venezolanos y con gran bombo anunció que lo estaba repatriando y ponerlo a buen recaudo, no fuera que…. Y así lo hizo.
Por otra parte el eterno comandante ausente, en 2016 más o menos comenzó a darse cuenta de que las reservas inacabables del subsuelo criollo no eran solo de petróleo y descubrió en el sur del país una extensísima región que por su configuración geográfica fue bautizada como el Arco Minero del Orinoco (AMO). Podría decirse haciendo una pirueta semántica que a este régimen “se le apareció la virgen”, vamos, un milagro minero. Y trataré de explicarlo, porque en mi modo de pensar es un tema muy fuerte a la vez que peligroso.
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El Arco Minero del Orinoco fue creado por el gobierno del Estado el 24 de febrero de 2016 como Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco; es un área muy rica en recursos minerales ya en explotación desde 2017; ocupa mayoritariamente el norte del estado Bolívar y en menor proporción el noreste del estado Amazonas y parte del estado Delta Amacuro. Cuenta con 7000 toneladas de reservas de oro, además diamantes, cobre, hierro, bauxita y otros minerales como el coltán, del que poco se menciona* .
El AMO abarca un área de 112.000 km2, el 12,2 % del territorio venezolano, aproximadamente la cuarta parte de España y consta de cuatro grandes áreas que según dijo Roberto Mirabal, a la sazón ministro del Poder Popular de Desarrollo Minero Ecológico, que el Arco Minero del Orinoco tiene un potencial de unos 2 trillones, ojo: trillones de dólares, y que el sesenta por ciento se destinarían a programas sociales de Venezuela.
Sobre el arco minero, el gobierno de facto ha ido otorgando derechos de explotación a una serie de sociedades presididas por militares y empresarios afines al régimen a su libre albedrío que, por si fuera poco, están causando un verdadero desastre ecológico, humanitario, con las etnias indígenas atropelladas y masacradas por autenticas mafias disputándose el control de las minas, que nadie investiga a fondo.
A su vez, también operan bandas paramilitares armadas y guerrilleros del ELN colombiano con la anuencia de las autoridades, revolviendo el río donde poder pescar impunemente.
Mientras, el oro repatriado en lingotes tras estar custodiado durante casi un siglo en manos de esos desalmados capitalistas, sin mayor incidente, tras llegar a casa ahora resulta que nadie sabe a ciencia cierta dónde está. El Wall Street Journal, ha revelado detalles sobre un operación camuflada que en marzo de 2019 envió en vuelos a horas intempestivas 7.400 kilos de oro en lingotes por un valor de $300.000.000 con destino a Uganda donde fueron fundidos en una refinería ugandesa. Nada se ha dicho oficialmente del asunto, al parecer el oro se evaporó, nadie sabe porque lo mandaron, ni de parte de quien.
También se conoció que cuando sucedieron los tremendos apagones, dejando al país a oscuras durante varios días, funcionarios del banco Central de Venezuela informaron que se dio permiso al personal para ir a sus casas pues sin electricidad, ya se sabe, no se puede hacer nada. Sin embargo se el banco emisor mostraba escasa liquidez monetaria y las reservas en oro del banco central bajaron peligrosamente. Sospechosamente en ese tiempo fueron vistos aviones de transporte ruso que llegaban en visitas no muy bien aclaradas. Nadie sabe muy bien que traían o llevaban.
Aviones con lingotes de oro venezolano han sido interceptados en varios países incluidos los Estados Unidos o St. Marteen y otros han arribado al país con ingentes cantidades de dinero en efectivo. Vender oro y otros valores y recibir a cambio papel moneda es algo normal en cualquier país que se atiene a las reglas del juego convenidas.
Pero debe estar aprobado por el respectivo parlamento tras haber sido informado y estudiado convenientemente la negociación. Entre penumbras no vale, eso es robar. No es frecuentemente que el propio gobierno robe a su propio banco el dinero de su gente y se lo lleve a otro y menos en esas descomunales proporciones. Pero hasta eso tiene antecedentes. Les cuento:
En la República española durante la madrugada del 13 al 14 de septiembre de 1936, un grupo de carabineros socialistas acompañados de 50 cerrajeros, metalúrgicos y obreros sindicalistas accedieron al soberbio edificio del Banco de España situado en la famosa plaza madrileña de Cibeles, con el fin de sacar todas las reservas de oro, plata y piezas de valor.
España llevaba escasos dos meses de guerra civil tras el fallido levantamiento militar; Manuel Azaña presidía la República, el jefe de gobierno era el socialista Francisco Largo Caballero quien había encargado a Juan Negrín, también marxista del PSOE, como ministro de Hacienda; el ministro de Marina y Aire fue nombrado Indalecio Prieto, otro socialista, cuyos guardaespaldas habían detenido y asesinado el 13 de Julio de 1936 al diputado lider de la derecha José Calvo Sotelo, precipitando el golpe que acarreó la Guerra Civil.
Azaña había firmado aquella madrugada un decreto reservado, emitido a iniciativa del nuevo ministro de Hacienda, Juan Negrín, autorizando a éste para: “el transporte, con las mayores garantías, al lugar que estime de más seguridad, de las existencias que en oro, plata y billetes hubiera en aquel momento en el establecimiento central del Banco de España”(sic). Se preveía una futura rendición de cuentas a las Cortes que jamás llegó a producirse. El argumento empleado por Negrín para convencer a Azaña de firmar la orden tan apresuradamente, fue la urgencia de trasladar el oro fuera de Madrid y ponerlo a salvo de los sublevados, si tomaban la capital
El 20 de Octubre, el director del NKVD en España (luego KGB), Alexander Orlov, había recibido un cablegrama cifrado de Stalin ordenándole organizar el envío del oro a la URSS y concertar los preparativos con Negrín. El texto era: “Junto con el embajador Rosenberg organice con el jefe del gobierno español, Caballero, el envío de las reservas de oro de España a la Unión soviética… esta operación debe llevarse a cabo en el más absoluto secreto. Si los españoles le exigen un recibo por el cargamento, niéguese. Repito, niéguese a firmar nada y diga que el Banco del Estado de la URSS preparará un recibo formal en Moscú (sic). Como puede colegirse la olla ya estaba montada y lista para el guiso.
Durante la noche del 21 de octubre de 1936 se embarcaron discretamente en la base de la Marina de Cartagena 10.000 cajas con lingotes de oro, de unos 75 kilos cada una. Suponían casi 5.240 millones de pesetas de la época, unos 15.000 millones de euros actualmente, o 20.000 millones tomando en cuenta el valor numismático del oro, plata, joyas y monedas sustraídos de las cajas de seguridad propiedad de particulares. El dia 22 un convoy surto en Cartagena, compuesto por los buques de bandera rusa Kine, Kursk, Neva y Volgoles, puso rumbo a la URSS con el oro.
La noche del 2 de noviembre Stalin fue informado que habían arribado a Odesa los barcos cargados con el oro de España. Pero no llegó todo el cargamento. De las 10.000 cajas que contenían el oro solo 7.800 cajas fueron embarcadas en los barcos soviéticos, 2.000 cajas fueron “vendidas” en Francia, y de las 200 cajas restantes (unos 15.000 kilos de oro) nada se supo entonces; en los años 50 se comprobó que habían quedado al parecer en una “Caja de Resguardo” a disposición de los líderes socialistas y comunistas del gobierno del Frente Popular en el exilio para “su uso” después de la guerra que perdieron.
Qué casualidad, todos socialistas, progresistas, defensores del pueblo y la clase trabajadora. ¿Regresará el oro volátil venezolano que guardan en Turquía, Uganda y más sitios que desconocemos?
Por lo pronto, el oro que custodiaba Stalin, nunca regresó a España.
* El 17 octubre de 2011 publiqué “El coltán y el pobre país rico”, el 2 de abril de 2016 “Nadie nos habla del oro azul” y en mayo de 2017, “Ni pio sobre el Coltán”, todos en TalCual.
Deseo para todos los lectores y compañeros que este año sea de 20 sobre 20.