El país más allá del Esequibo, por Griselda Reyes
Venezuela vive uno de sus más complejos episodios internacionales. De nuestra historia contemporánea, la tensión que se vive con Guyana a propósito de la exploración petrolera en zona en disputa, es solo comparable con el episodio de las corbetas Caldas durante el Gobierno de Jaime Lusinchi o la advertencia de volar Bogotá de Marcos Pérez Jiménez.
Todos los focos de la prensa nacional e internacional hoy están centrados en la disputa por el Esequibo y las reacciones del Gobierno de Venezuela y la República Federativa de Guyana.
Mientras esto sucede y las trasnacionales extranjeras hacen alarde de la explotación en territorio que nos pertenece, el país nacional va por otro lado, con las mismas tragedias de siempre: Crisis económica, social y política.
Si bien, y así lo hemos reflejado en artículos de opinión reciente, el tema de Esequibo debe unirnos como país en un solo bloque, hay quienes en su propia subsistencia diaria no termina siquiera de entender la arbitrariedad que esto significa contra Venezuela.
La razón de esto, insisto, es la propia subsistencia. Los venezolanos vulnerables siguen cada vez más vulnerables. Sueldos que no alcanzan, la calidad de vida por el suelo, hambre y miseria. Esto sigue siendo el común denominador en nuestro país.
Lamentablemente, hace poco leía que el sector público cumplió 600 días sin ningún tipo de ajuste salarial. Vaya tragedia para padres y madres que hoy debe sortear los gastos de la casa con míseros 130 bolívares mensuales. O, peor aún, para nuestros jubilados y pensionados que deben debatirse entre alimentarse o comprar medicinas.
La tragedia nos sigue comiendo a todos en cámara lenta, mientras el Estado y el poder no asumen los temas que más urgen a los venezolanos.
Se aproxima la fecha más bonita del año, que desee hace mucho se ha vuelto la más dura para muchos. Hay madres que aún no han terminado de saldar la lista de útiles escolares y ahora deben enfrentar el regalo de niño Jesús.
Un reconocimiento, en medio está tragedia, para el sector privado venezolano. Son valientes que luchan contra todo pronóstico. Se bien lo difícil que es mantener empresas activas y facturando para garantizar el pan de nuestros trabajadores, por eso nunca hemos comulgado con la satanización del sector.
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Hace poco veía una entrevista a la vicepresidenta de la República done hacía mención a los dividendos del sector empresarial e industrial. Sin mezquindades, no solo son tiempos de reconocer su esmero, sino que además deben brindársele todas las condiciones.
En este país urge atender ambas cosas. Si bien, debemos trabajar para recuperar el territorio Esequibo, la crisis que nos agobia no puede seguir en el letargo sin soluciones para los nuestros.
Grisela Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.
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