«El partido soy yo», por Simón Boccanegra

“No me calo un traidor más” exclamó Yo el Supremo a propósito de la escogencia de los candidatos a las planchas para diputados a la Asamblea Nacional del MVR y sus satélites. De seguidas dijo que se ocuparía personalmente de evaluar y decidir sobre cada candidato. Lo dicho, Chávez se cree realmente el Rey Sol, Luis XIV. Él no solamente es el Estado y decide sobre cualquier asunto nacional pasándoselo por el forro de sus riñones, sin tomar en cuenta ningún otro interés que el suyo personal, sino que también es el partido. “El partido soy yo” fue lo que les hizo saber a sus conmilitones. “Qué democracia ni que escogencia por la base. Aquí quien decide los candidatos soy yo”. El Presidente absoluto, pues. Lo llamativo es que entre los dirigentes del MVR y sus satélites nadie revira ante tamaño desprecio por la opinión ajena. Al contrario, se acepta sumisamente que esa es la regla del juego. Sin embargo, en las bases populares, como se vio recientemente, existe una voluntad de participación que Chávez tendrá que doblar a mandarriazos si cree que puede decidir sin tomarla en cuenta.