El pensionado heroico y el efecto Guaidó, por Tony Rivera Chávez
En la fresca mañana le sorprende la presencia de los verduleros gochos aun en la calzada cuando su costumbre es permanecer por dos días en actividades y marcharse. Se acerca bajo el supuesto de remate y bajos precios. Una señora le pregunta a uno de los vendedores: ¿Hay plátanos maduros? La respuesta un coro de voces en cola recordándole la progenitora al burócrata mayor y el gocho que le dice: No diga esa mala palabra, es pavosa. Ayer, aquí mismo, una persona nombró al susodicho y hubo un infartado, dos desmayos, tres atracos y diez arrebatones. Algo nunca visto en estas ventas. Ahora solo decimos amarillos o verdes. Observó el Pensionado Heroico al lado de la verdulería una arepera ofreciendo su producto como: La arepa Guaidó que traía de todo y a un precio solidario. Tanto que había una cola para obtenerla.
Así el Efecto del «encargado Presidencial» se siente como expresión espontánea de la gente que se abraza al salvavidas de la esperanza porque esto no lo aguanta “naiden” divagó el siempre heroico pensionado que con 18 mil tiene que vivir un mes
El héroe de este tiempo en vías de llegar a la Iglesia para pedir el milagro común de que se vaya el perverso se topa con un “bululú” de vecinos y un forcejeo con presencia policial. Un señor muy exasperado acusaba a otro de haberle mentado la madre y el acusado aducía en su defensa que lo había calificado de Hombre Maduro como un halago, pero el ofendido repetía que no era pendejo que se la había nombrado tres veces y que eso había que resolverlo en el ring además que el acalorado vecino ponía como agravante que le había dicho: “Tu lo que eres es un Maduro” que traducido a la realidad presente todo el mundo entendía que era. Abandonó, el asunto, sin resultados porque policías y mirones habían agarrado el asunto de rochela y unos y otros se llamaban maduros como forma de mentársela unos y otros.
Entra a la Iglesia y oye las voces de los fieles que repiten: Ruega por Guaidó, y es que el sacerdote hacia una breve biografía de la pareja Presidencial destacando su religiosidad y en especial la de su esposa.
*Lea tambén: Cinco Temas: Guaidó, por Fernando Luis Egaña
En el retorno a su hogar se sorprende cuando en la parada del Metro hay gente contenta y el comentario de que ahora el bus estaba pasando cada quince minutos como en la Cuarta a la vez que se mostraban limpios y con el aire acondicionado full. Sentado cómodamente escucha que “Betty la refea” andaba repartiendo comida en ciertas barriadas caraqueñas porque alimentos había para regalar según la propaganda en la repartición para despreciar la ayuda alimentaria “Imperialista” A un desubicado se le ocurrió decir que todo este Nuevo Amanecer se debía al innombrable y el Himno a la Madre no se hizo esperar en el resto del camino hasta que le toco bajarse del metro bus.
Pensó: “Dios mío pero a este señor no lo quiere nadie”. Llego a la puerta de su Edificio y notó que los ánimos estaban alterados. No había luz, no había agua, el Internet funcionaba intermitente como si se tratara de un telégrafo y su clave Morse, el gas había subido en tres mil por ciento y alguien recordaba al Comandante Difunto que dijo que había Gas pa’regalá. Para remate una señora de 87 años se había quedado encerrada en el ascensor y los bomberos venían a pie porque no tenían vehículo y de eso hacían 24 horas.
En medio del caos alguien quizás bajo alguna droga había gritado su militancia en el cubano Madurismo y había encendido el volumen de la canción de la madre. Además el tal provocador con lápiz en mano sacaba de la lista de Cajas Clap al que le parecía por traidor al proceso. Pensando que al tal “enchufadito” lo podían linchar se retiró a su apartamento. Surgió de nuevo la pregunta: ¿Y con este «líder» ¿vamos a seguir con este despelote por varios años más? Entonces como si fuera la voz de una aparición desde el más allá escucho: ¡Paciencia! que va afora…. Era la voz de Fátima la conserje portuguesa que llamaba a calma y cordura al vecindario pero sin comer cobas. Recordó el Pensionado y se dijo: La arepera tiene razón, Guaidó viene con todo. No hay que dejarlo solo.