El Plan Boves, por Laureano Márquez

Autor: Laureano Márquez
El gobierno ha echado mano a los próceres, para ponerle sus nombres a los distintos planes que ejecuta:
Plan Bolívar, Plan Sucre, Plan Ribas y pare usted de contar. Pero el plan que con eficiencia y rigurosidad ha venido aplicando el Ejecutivo, el que más éxitos le ha dado, a pesar de la escasa publicidad, es el Plan Boves.
Su objetivo: cerrarle el paso a la oposición golpista que irresponsablemente clama por un reafirmazo, para que sobreviva sólo la oposición partidaria del gobierno, que es la única que éste acepta, y a regañadientes. El diseño operativo tiene varios momentos:
1.- EL SAQUEO
Ha estado presente en nuestro subconsciente colectivo desde tiempos inmemoriales. Lo inauguraron los conquistadores y lo consolidaron los piratas que, durante todo nuestro período colonial, asolaron estas comarcas.
Es un arma política poderosa: A los seguidores del caudillo se les autoriza a invadir tierras, edificios, espacios públicos y parques nacionales. Siguiendo el principio de: “a cada quien según sus necesidades y a cada cual según sus capacidades”, los que tienen acceso al tesoro nacional pueden practicar otras formas de saqueo mucho más elaboradas y nocivas. Este es el primer paso para generar un caos nacional que sirva de antesala a los siguientes puntos del plan.
2.- EL MIEDO
Bien lo sabía Boves: no hay nada como asustar para derrotar al adversario. En aquel terrible año 1814, la gente de Caracas, ante la arremetida del asturiano, emigró, como hacen hoy muchos compatriotas, ya no a oriente, sino al norte. Por eso es que hay que decirle a los funcionarios públicos que si firman sus cuerpos serán enterrados hasta la cabeza y ésta rociada con miel, todo a dos metros de un nido de bachacos.
3.- EL DESCONOCIMIENTO DE LA LEY Y LA AUTORIDAD
Siguiendo el ejemplo inspirador del líder realista, hay que hacer caso omiso a las autoridades constituidas, sentencias de los tribunales y otras menudencias. Hay que imponer autoridad a los subalternos: Como a muchos les cuesta todavía desobedecer la ley, es menester amenazarlos.
Cuando Boves avanza sobre Caracas, envía a Juan Nepomuceno Quero, nombrado por él gobernador, un oficio con la siguiente nota: “Si a mi llegada a esa ciudad que será dentro de 20 días, encuentro un patriota, Ud.
pagará con su cabeza”. No hace falta que les cuente que no halló uno ni pa’ remedio. El miedo de los incondicionales también asusta.
4.- LA CRUELDAD
Que el enemigo perciba tu falta de piedad es la mitad de la batalla.Tiene que ser creíble que de verdad lo vas a joder, y para ello —¡qué cosa más curiosa!— nada más efectivo que hacerlo: se lo creen de inmediato. A los que están en contra se les quita el trabajo, se les impide contratar con terceros, se les niega escuela a sus hijos y se les saca de las casas sin piedad, amén de arrebatarles la liquidación que les corresponde.A los que están a favor se les engaña y se les manipula haciéndoles promesas que no se podrán cumplir, mientras se vuelven cada vez más miserables y, por tanto, mucho más manejables porque no les queda otra salida que adular y arrastrarse por mendrugos a los pies del taita. Los mismos linchamientos, pero a la altura de los tiempos, con computadora y sofisticación.
Por supuesto, para que el Plan Boves funcione plenamente, debe haber una contraparte de crueldad del otro lado. No olvidemos aquella orden del Excelentísimo General Libertador en febrero de ese mismo fatídico año de 1814: “… En consecuencia, ordeno a ustedes que inmediatamente se pasen por las armas a todos los españoles presos en esas bóvedas y en el hospital sin excepción alguna”. Se refería a la población de La Guaira, donde fueron decapitados más de quinientos realistas, incluyendo 20 enfermos del hospital.
En fin, la vigencia del Plan Boves le da razón a aquel versito que igualaba a nuestros caudillos y que decía más o menos así: Entre Morales y Boves la diferencia no es más que el uno es Tomás José y el otro es José Tomás.