El plebiscito y la alcabala de la bajada de la mula, por Eduardo López Sandoval

Cuando en estos llanos el sol se despabila en una mañana sin nubes después de plurales días de lluvia, carboniza. Como desquitándose después de dos o tres días dosificado por un nubarrón de aguaceros que no lo dejaba completo ser. El sol quema.
Con este sol transitaba por una de las avenidas de esta ciudad colonial llamada en mejores tiempos la Capital del Llano Integral Colombovenezolano con el viejo amigo viejo Ramonote Mandefuá, el mismo que es ejemplo a seguir por su consagración al trabajo como profesor de la materia Historia de Venezuela en el liceo por más de cuarenta años, del cual es jubilado, y profesor ahora del posgrado de la misma materia; pero que la suma de ambas entradas de numerarios no le alcanza ni para cubrir un octavo de los gastos básicos diarios en esta Venezuela revolucionaria y bolivariana. Conversábamos como siempre en estos veinte años acerca del desgobierno que oprime a Venezuela, pero especialmente le dedicamos los últimos cuartos a hablar de la inoperancia de la llamada Oposición.
Estuvimos de acuerdo en que el Gobierno lo ha hecho muy mal en estos veinte años, pudiera parecer que peor imposible, la mejor prueba son los resultados.
Ramonote aprovecha un espacio en este escenario para hacer un chiste:
-Lo bueno del porvenir es que cualquier gobierno que venga después de esta gestión bolivariana va a ser mejor, porque de ninguna manera puede ser peor, jajaja…
El chiste termina serio:
-Pero, aunque usted no lo crea, peor lo ha hecho la Oposición, quienes han hecho casi cualquier cosa por permitir que el Interfecto no se mueva de Miraflores. Para que no se muevan las tetas de la vaca Pedevesa.
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Recordamos en esta conversación de soleada mañana llanera lo del Referéndum Revocatorio, y la imposibilidad de que éste ocurriera en tanto debía pasar limpio por el Guaire del TSJ y el río Cabriales del CNE. Esta verdad de Perogrullo, por supuesto, siempre la ha manejado la complaciente Oposición, recordamos que escribimos un artículo en estas mismas páginas, -cuando la Oposición gritaba por toda Venezuela que el Referéndum era la solución a la crisis-, el escrito se denominó “El referéndum no va”. Y no fue.
Muy a propósito el profesor Ramonote, desde su móvil, leyó párrafo de lo que fue nuestro escrito de opinión en semanas pasadas, acerca del llamado a un nuevo plebiscito, -textual: “Recordamos que dijimos que el Referéndum Revocatorio, la Ley de Amnistía, entre otras calles ciegas, no tenían salida, y miren la historia. Esta vez, con un poco más de cariño que en las predicciones anteriores, más que nunca, nos alegraría estar equivocados”.
-Pero de más acá en el tiempo, y sobre todo más cerca de nuestro añorado futuro inmediato le traigo este párrafo. –Nos lee Ramonote:
– “Allá vienen los gochos. Un grupo de andinos ha presentado desde hace varios años el proyecto de solución a la crisis Venezuela. Se podría decir que es el mejor proyecto, tanto se destaca que vale escribir: es el único proyecto alterno a la destrucción causada por este Socialismo Bolivariano. El Proyecto se denomina, “La Rebelión de las regiones, Proyecto país Venezuela reconciliada”. Plantea que Venezuela no sólo requiere un cambio de Gobierno, más que eso se requiere un cambio del Estado; proponen una Venezuela realmente descentralizada, de régimen parlamentario. La propuesta es hermosa en cuanto responde a la pregunta de la sustancia, al ¿qué?, pero es ausente –por no decir fea-, en cuanto a la cuestión adjetiva, a la respuesta a la pregunta del ¿cómo?”
-Estos gochos, -agregamos nosotros-, presentan hoy en agosto del 2019 una estrategia política que pareciera que pretende solucionar el cómo, invitan al país a un nuevo plebiscito, sin el CNE
Vamos por una de las avenidas de esta capital llanera, nos acercamos a una alcabala de alguna de las variopintas sectas de la religión Militarista Bolivariana que se practica en esta ex República, que se asoma claramente como un inminente bajarse de la mula, que, con estos viandantes, en el “museable” carro del profesor Ramonote Mandefuá, no promete mucho, dada la evidencia de lo escuálido de nuestros bolsillos. El viejo aprovecha y con esta estocada remata:
-El plantear una solución política en el actual estado de cosas en el país, sin tomar en cuenta las instituciones es el fracaso. Por muy espuria que sea la Asamblea Nacional Constituyente, el TSJ, el propio Interfecto que hace de usurpador: ¡ESTÁN!
El profesor hizo especial énfasis sobre el verbo estar.
– ¿Cómo vas a plantear una medicina ignorando esta realidad del diagnóstico? Plantear un Plebiscito sin el CNE es otra vez invitar a caminar la salida por una calle ciega. Es como si yo me engañara acerca de la presencia o no de esta alcabala de jóvenes imberbes armados hasta los dientes…
En ese momento pasamos por la correa de un neumático de camión que han improvisado en plena avenida, que seguro dejarán en plena vía para engrosar la fama de la ciudad colonial sucia… Bajamos la velocidad hasta casi detenernos.
– ¡Es como si yo en este momento me dijera que esta alcabala con estos chicos entrenados para matar ciudadanos no existe!
El viejo amigo viejo con la boca bien cerrada corre los labios para dejar ver sus dientes: condescendiente. Y el muchacho con un arma de guerra en este país en paz, con cara de teatro, con igual sonrisa, nos deja pasar sin bajarnos de la mula: por ahora