El precio de la gasolina, por Simón Boccanegra
Por ahí están saliendo unos avisotes de Pdvsa comparando el precio de un litro de gasolina con el de un café o el de un perro caliente. Con lo que cuesta un hot-dog o un cafecito se puede adquirir veinte litros de gasolina. Pensar que muchos de los que hoy gobiernan decían que esos eran argumentos del Fondo Monetario Internacional, cuando CAP II y Caldera II explicaban la necesidad de aumentar el precio de la gasolina.
Aunque CAP II recibió el gobierno sin reservas internacionales, despalilladas por su antecesor, su bombástica coronación llevó a que la gente, que esperaba el retorno de la “Gran Venezuela”, no entendiera y ya sabemos lo que pasó. Caldera II recibió la herencia de la crisis bancaria, que se llevó la mitad de los bancos y abrió una tronera gigantesca en las finanzas públicas. Esta vez la gente entendió la necesidad del incremento, que se hizo en sana paz. Ahora, ¿cómo entenderlo?
Porque hoy, y es lo que la gente no entiende, las reservas internacionales del país, sumando lo que tiene el BCV y lo que está en los fondos de Chávez, llegan casi a 50 mil millones de dólares, la economía tiene 13 trimestres consecutivos creciendo y el barril de petróleo ronda los cincuenta dólares. ¿Entonces?