El psicodrama de Unasur, por Simón Boccanegra
Ayer me entretuve un rato, viendo y oyendo la instalación de la reunión de Unasur. Después de los discursos perfectamente previsibles de Chávez, Correa y Evo Morales, los dos primeros, siempre aguajeros y bocones, salvaron el cónclave entre Lula, Cristina, Lugo y Bachelet. Lula propuso una lógica reunión de presidentes para muy pronto, insistiendo en la necesidad del diálogo con Uribe, idea que fue secundada por una sorprendentemente conciliadora Cristina Kirchner, quien, de paso, sugirió a Buenos Aires como sede porque, dijo ella, con un puntico de ironía, ni Quito ni Caracas serían lugares viables. El Presidente paraguayo, muy mercosuriano él, sostuvo que la reunión no podía ser para sentar en el banquillo de los acusados a nadie, en lo que fue un obvio rechazo a cualquier pretensión de hacer de Uribe una suerte de reo ante el tribunal de sus pares. Además, Lula insistió en la necesidad de un encuentro de presidentes de Sur América con Obama para discutir temas tan espinosos como la presencia militar norteamericana en nuestros suelos. La idea, por supuesto, fue acogida. Hubo alusiones de Lula, Cristina y Lugo a reducir los decibeles del discurso. La argentina dijo que los insultos llevaban a respuestas que eludían el tema de fondo para centrarse en los agravios. A nuestro Presidente le cayó la chupa. Pero, yo creía a Rafael Correa un tipo más serio. Al lado de él, Chávez parece Franklin Roosevelt. El ecuatoriano, no sé si por los sopapos que recientemente le ha propinado la diplomacia de su vecino del Norte o por el descubrimiento de los negocios sucios de su hermanito que se ha hecho multimillonario gracias a sus nexos con el poder, por un lado parecía un agitador de liceo y, por el otro, no podía disimular un cinismo olímpico, simplificando de un modo infantil la complejidad de la situación colombiana.
Unasur, hasta ahora, no luce más operativa que la OEA, pero, sin duda, es mejor que exista a que no exista. En el camino se enderezan las cargas, decían los venezolanos de los tiempos de los arreos de burros y mulas.