El revire de la TV, por Simón Boccanegra
A quien Hugo debería despedir sin contemplaciones es al genio que se le ocurrió la idea de la cadena perpetua. Hay que ser bruto, carajo. Nunca una expresión resulta más apropiada: el tiro les salió por la culata. Los venezolanos somos, en verdad, gente pacífica y tolerante. Por mucho menos de lo que está pasando aquí, en otros países ya habría una montaña de muertos. Medio siglo de vida democrática nos ha hecho así. Pero también nos ha hecho absolutamente refractarios a la retrechería desde el poder. Somos pacíficos, pero no nos gusta que nos pechereen, que nos carajeen, que nos hablen dándole golpes a la mesa, que nos amenacen. Un recluta se cala los gritos del sargento porque la disciplina militar lo constriñe. Pero los ciudadanos libres reviran. Este minicronista ayer en la mañana no sabía si estaba más furioso con el Gobierno o con los dueños de los canales de TV por su pasividad. Hoy los felicita. Por fin, después de tres años de humillaciones, reviraron. Deben sentirse como el muchachito eternamente padroteado por el matón de la escuela, que un día se decide a caerse a trompadas con él y, para su sorpresa, descubre que lo tira al piso. Ya nada será igual.