El rookie, por Simón Boccanegra

No es que queramos tomarla con Jesse Chacón. Es pura coincidencia que yo también me ocupe de él.Pero no puedo dejar pasar por alto la rueda de prensa del flamante ministro del Interior en la cual anunció que se empeñará a fondo en la lucha contra la corrupción. A su lado, con cara de palo, lo escuchaba el señor Marcos Chávez, jefe de la ex PTJ. Algún experto en relaciones públicas ha debido aconsejarle a Jesse que ese no era el acompañante más apropiado para hacer una declaración contra la corrupción. Lejos de mí querer juzgar y condenar al señor Marcos Chávez, cuya inocencia debe ser presumida hasta que un tribunal establezca lo contrario, pero su nombre ha sonado últimamente en todo ese turbio affaireque llevó a la cárcel a un juez que supuestamente intentó extorsionar al jefe policial. Ocurre que el señor Chávez está siendo juzgado por supuestos actos de corrupción cometidos con la plata y las viviendas de la Caja de Ahorros de la ex PTJ. Antiguos colegas suyos lo han acusado judicialmente y la detención del juez sacó a flote todo un entrevero maloliente de corrupción policial y judicial, al cual aparentemente no sería ajeno el señor Chávez. En descargo de Jesse tal vez se pueda decir que pagó la novatada.