El secuestro de un avión para tumbar al dictador
El vuelo 252 de Aeropostal no terminó como se esperaba en 1984. Hace 32 años dos sujetos secuestraron una aeronave que pretendía cubrir la ruta Caracas-Curazao, y mantuvieron retenidos a 87 personas durante una treintena de horas.
Era 29 de julio de 1984.
El vuelo 252 de Aeropostal partió de Maiquetía a la 1:34 de la tarde, pero su ruta inicial fue desviada.
Dos sujetos, Dominique Hilertant y Segundo Félix Castillo, tomaron el control de la aeronave y pretendieron aterrizar en Nueva Esparta, pero a última hora obligaron a los tripulantes a desviarse hacia Trinidad y Tobago.
Uno de los casos más famosos de secuestros de aeronaves venezolanas tiene implicaciones políticas. Una de las tesis que se manejó fue que el objetivo del secuestro del avión de Aeropostal podría ser conseguir fondos y armas para la oposición haitiana, según reseñó entonces el diario español El País.
Vinculaban al autor de los hechos, Dominique Hilertant, con activismos políticos en la isla.
«En enero de 1983 hizo (Hilertant) unas declaraciones en Santo Domingo en las que prometió combatir contra el régimen de Haití. Precisó entonces que había reclutado mercenarios dominicanos», relataba la nota del medio español. Uno de esos asimilados era precisamente Segundo Félix Castillo, un dominicano, compañero en la toma de la aeronave.
Esta versión la asume también Luis Ramírez Rojas, integrante del Movimiento Cultural Revolucionario de Aragua, en un texto publicado en diciembre de 2009 en el site chavista Aporrea.
Allí descalifica al comisario Henry López Sisco, y jura que el secuestro de la aeronave fue una «farsa» para asesinar al «patriota» Dominique Hilertant y apoyar al régimen haitiano.
Aunque en las grabaciones que existen sobre las negociaciones de los cuerpos policiales y los secuestradores no se toca el tema político, es cierto que los delincuentes pidieron armas y dinero al iniciar las conversaciones. El diario español La Vanguar
dia también confirmó las vinculaciones de los secuestradores con supuestos planes para derrotar al dictador Jean Claude Duvalier
A LO INTERNO
El piloto de la aeronave secuestrada, Arturo Reina, contó en un reportaje grabado por Radio Caracas Televisión años después que los secuestradores nunca les confirmaron qué buscaban. «No nos comentó cuál era el objetivo. Un arsenal, pedían. Un helicóptero, cajas de granadas, de armas».
Durante las más de 30 horas de secuestro el avión pasó por tres países. En Trinidad el gobierno no aceptó negociar con los delincuentes, y tras varias horas, los dos hombres decidieron hacer partir la aeronave hacia Aruba. Allí intervino el entonces primer ministro y logró un contacto telefónico con Hilertant, pero no logró negociar.
El avión despegó de nuevo. Llegó a Curazao. «La comida con las horas se nos fue terminando. Lo más crítico era el agua. Agotamos todas las provisiones.
Nosotras estuvimos sen-tadas aproximadamente hasta las 4 de la mañana. Les pedimos que nos dejaran levantar. Los pasajeros estaban en calma. En los primeros momentos todos estaban amedrentados, asustados», contó la aeromoza Vilma Briceño, en el mismo reportaje que grabó luego RCTV.
AGOTAMIENTO
Tras casi 38 horas de secuestro, en Curazao los delincuentes decidieron dejar en libertad a seis rehenes, entre ellos el argentino Federico Ramón Puertas, quien negoció individualmente y se comprometió a entregarles seis millones de dólares a cambio de su esposa embarazada que permanecía en el avión.
El equipo policial venezolano, liderado por el comisario Henry López Sisco, no había logrado avanzar en las negociaciones. Su éxito estuvo en contactar a la esposa de Hilertant, Denys Martínez, quien se prestó para conversar con los secuestradores para que cesaran en su misión.
«Yo quiero que todo te salga bien. Que arreglemos este problema. Quiero que la sueltes o la dejes libre, o si no tú bajes del avión y vienes a hablar conmigo», se escucha en una grabación histórica que le dice su esposa a Hilertant. Tras ese momento, dejaron bajar a la aeromoza Vilma Briceño, quien perdió un bebé que estaba gestando producto de la tensión.
COMANDO POLICIAL
En Curazao también habían llegado efectivos policiales de Estados Unidos, prestos a intervenir. López Sisco se reunió con ellos al menos en cinco oportunidades, cada uno tenía un plan preparado, pero quien decidió qué grupo tomaría control de la situación fue el primer ministro de la isla.
La comisión venezolana fue la que finalmente actuó. Pablo Simoza, entonces jefe de la división de investigaciones de la PTJ (actual Cicpc), contó que a medianoche, en una operación coordinada con las auto-ridades del aeropuerto, se dejó a oscuras el lugar. Lo primero que se hizo fue desinflar los cauchos de la aeronave.
«Uno de los secuestradores trató de incendiar el avión cuando nosotros comenzamos a entrar», contó López Sisco. Pero ambos cayeron muertos en el acto.
La aeronave de Aeropostal, bautizada como El Zuliano, regresó a Caracas al día siguiente. Trajo de vuelta a todos los pasajeros secuestrados.
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