El viejo loco, por Fernando Luis Egaña

La República Islámica de Irán tiene raíces político-religiosas que no se pueden ignorar. Pero destruir a su propio pueblo para destruir a otro, Israel, es algo demencial
El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, es un viejo loco. El fundamento de su retórica, desde siempre, es la destrucción total de Israel. Para ello pasó a la práctica con un una estrategia de rodear a Israel con grupos de terroristas desde el Líbano al Yemen.
A su país, Irán, una de las naciones más importantes del mundo, le ha impuesto una dictadura feroz, y la tiene en la miseria, por su obsesión del gasto militar de acabar con Israel.
La República Islámica de Irán tiene raíces político-religiosas que no se pueden ignorar. Pero destruir a su propio pueblo para destruir a otro, Israel, es algo demencial, que va mucho más allá del islamismo chiíta de Qom.
Un viejo loco como Jamenei no puede tener a su disposición el botón nuclear. Una buena parte del Consejo de los Ayatolas, del gobierno en funciones, y de la masiva mayoría del pueblo iraní estarían de acuerdo.
Todos queremos la paz. Todos menos el viejo loco. Irán y la región merecen la paz.
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Fernando Luis Egaña es abogado (UCAB). Exministro de Información.
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