En casa de herrero asador de palo, por Simón Boccanegra
Como una contribución para que la lucha por mejorar la recaudación fiscal no se reduzca a Robocop Hugo allanando empresas, este minicronista quiere llamar la atención del SENIAT sobre cosas que pasan en sus narices. No hablamos figurativamente sino en sentido estrictamente literal. El Seniat está ubicado frente al centro comercial San Ignacio, entre el Country Club y La Castellana. Muchos, si no todos, de los cafés y restaurantes que allí funcionan, no entregan facturas a sus consumidores. Eso es IVA que se recauda pero que no va al fisco. Cuando alguien solicita la factura se arma una tremolina como si quien lo hace estuviera pretendiendo violentar las bóvedas del Banco Central. Lo kafkiano es que una porción muy numerosa de la clientela de esos establecimientos es de la gente que trabaja en el Seniat. Si eso es así en la acera de enfrente del Seniat, cómo será más lejitos. No estará Trino Alcides esperando que llegue por allí Chávez, poniendo manos arriba a todo el mundo, para cobrar los reales.