Unos «ángeles» proveen el desayuno que la crisis le arrebató al barrio La Colmena
Para la Fundación Ángeles por Venezuela la prioridad es que los más pequeños de Antímano se alimenten. Afirman que esperan mantenerse en el tiempo y lograr crecer hacia otros estados, pese a la crisis que vive el país
Roison Figuera y Emily Placencia
Cada jueves el olor de las arepas y la avena invade la cocina de Iraima Quevedo, voluntaria de la Fundación Ángeles por Venezuela. Una iniciativa que nació para atender la precaria situación de los niños que habitan en la comunidad La Colmena, en Antímano. «Nosotros también tenemos necesidades, pero ayudamos a la gente», dice la mujer de 57 años, mientras prepara el desayuno, una acción que se volvió un arte pues sacar 26 arepas de un solo paquete de harina precocida de maíz no es tarea fácil.
Ángeles por Venezuela nace de la iniciativa de cuatro estudiantes universitarios por la incidencia que la emergencia humanitaria compleja que vive el país ha tenido en los sectores desprotegidos y poblaciones más vulnerables.
Arepa con queso y avena. Un desayuno sencillo pero que se convirtió en un lujo es lo que cada jueves los jóvenes reparten a los infantes, cuyas edades se comprenden entre los dos y 18 años; aunque los abuelos no quedan por fuera y también reciben esta ayuda.
Miriam Suescú es habitante de La Colmena. Cada jueves sus hijos, de cinco y 12 años asisten al comedor improvisado armado con una pequeña mesa, sobre la que reposa una cava y una jarra de plástico que guardan la primera comida del día, la más importante según nutricionistas, pero ausente de muchas veces en las mesas de esta populosa comunidad del sur caraqueño.
«Desde que empezaron traigo a mis niños. Les encanta el vaso de avena. Si pueden, repiten hasta tres veces… La gente está pasando necesidades en este país. Ojalá esto pudiera llegar a otras zonas», dice Miriam, quien agrega que los 12 productos que contiene la caja CLAP que recibe una vez al mes solo alcanzan para tres días. Por ello celebra ayudas como esta, porque así como hay familias que pueden hacer maromas para resolver la comida del mes hay otras que no.
La desnutrición se siente
Con tres niños en casa y un esposo fuera del país, a Helen Suescú se le es complicado hacer un mercado que contenga las proteínas suficientes, y por eso ve como una «ayuda» que cada jueves Ángeles por Venezuela le ofrezca a sus hijos el desayuno. «A veces no se tiene en casa cómo desayunar, y una avena y una arepa pueden hacer la diferencia», relata.
La crisis de medicamentos en el país también le toca la puerta a esta familia: el más pequeño de sus hijos padece de colon irritable, una patología que debe ser tratada con metronidazol, liolactil y un suplemento, y no siempre las consigue o tiene para comprarlas.
Claudia Yépes, estudiante de Nutrición de la Universidad Central Venezuela e integrante de la fundación, explica que el desayuno que brindan aporta una fuente de carbohidratos a los niños. «Es una moneda energética para el organismo», comenta.
Detalla que la mayoría de los menores están en condición de desnutrición y que esto no solo impacta en la delgadez sino que afecta en los conocimientos a medida que los infantes van creciendo. «Un niño desnutrido no tendrá las mismas capacidades que pueda tener uno bien alimentado», agrega.
Amenazas con tinte político
Mientras se realizaba la jornada y TalCual hacía su recorrido por el lugar, integrantes del voluntariado denunciaron acoso por parte de una vecina que integra el consejo comunal, quien a hurtadillas tomaba fotografías de la actividad. Contaron que en otras jornadas funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) han llegado al lugar con armas largas, pese a la presencia de menores de edad.
Recibir ayuda por parte de los CLAP para la entrega del desayuno no es una opción. Jornadas de salud, alimentación y educación son materias que quedan pendientes por parte del régimen de Nicolás Maduro, pues desde hace dos años no se realizan en la comunidad.
Los «ángeles» afirman que las arepas que entregan cada jueves por la mañana no tienen tinte político: hijos, nietos y sobrinos de personas que respaldan al oficialismo no se quedan fuera del reparto de la comida. Para esta fundación la prioridad es que los más pequeños se alimenten. En este sentido, afirman que esperan mantenerse en el tiempo y lograr crecer como movimiento, pese a la crisis que vive el país.
El vicepresidente de la fundación, Enyerberth Laguna, manifiesta que el objetivo es llevar la iniciativa a otros estados del país. A tal fin, asegura que Ángeles por Venezuela ya cuenta con un grupo de voluntarios en el estado Bolívar con el que esperan realizar jornadas de almuerzo y atención a los más vulnerables.