En Pdvsa también se cuecen habas, por Simón Boccanegra
Botaron 22 mil trabajadores, en el despido colectivo más grande de la historia nacional, crearon una nueva plana gerencial roja-rojita y miles de trabajadores con el mismo carnet aquel en el bolsillo suplieron a los botados y más. Según dicen los publicistas que trabajan para Pdvsa, todo lo dicho significa que la empresa petrolera ahora es del pueblo. Bueno, por lo pronto la Pdvsa del pueblo ha descendido su producción petrolera en casi un millón de barriles diarios y encima ya la agarró ese cáncer nacional que es la corrupción. Esta es una novedad, porque si algo distinguió a la Pdvsa que «no era del pueblo» es que sólo una vez fue detectado y sancionado un caso de corrupción, en la entonces filial Maraven. Más nada. Hoy la noticia es que, según Maduro, han tropezado con la actuación de mafias en Pdvsa, y en este caso particular en la dirección que maneja el mercado interno de gasolina, diesel, fueloil y todos los lubricantes. Hay que reconocer que Maduro reaccionó rápida y contundentemente, interviniendo esa dirección. Sin embargo, el propio Presidente reconoce la existencia de mafias delictivas no sólo en Pdvsa sino en «las empresas del Estado». Periódico de ayer. Desde hace tiempo se sabe que en las empresas básicas de Guayana operan como río en conuco los más diversos focos de corrupción. En esto el punto no es sólo detectar las mafias; esa es una parte del camino, la otra es la de las sanciones y las medidas para que no se reproduzca el fenómeno. Porque muchas veces hemos sido informados de casos semejantes pero nunca se nos dice qué pasó con los indiciados. En el caso de «Pudreval», por ejemplo, aparecieron «dos chinitos de Recadi» sometidos a juicio pero luego no se supo más nada. Vamos a ver si esta vez la escoba nueva es verdad que barre bien.
