En verdad, la nación está desprotegida, por Simón Boccanegra
Hace unas noches, como todo el mundo está enterado, un avión, a la postre detenido, junto con sus tripulantes, en las Canarias, aterrizó en Valencia, a medianoche, bajó un pasajero, los pilotos ni siquiera se molestaron en salir del aparato, cargaron combustible y sin control de la torre, con las luces de balizaje apagadas y con la Guardia Nacional indiferente ante aquella extraña anomalía. Cuando fueron detenidos en las islas Canarias, la policía española encontró tonelada y media de cocaína como «carga». Pero el caso da también para otra lucubración. Imagínese que el avión no es de contrabandistas sino de terroristas.
Ese modelo («Bombardier») llega a Caracas en menos de media hora y tranquilamente puede descargar unas bombas sobre Miraflores o sobre cualquier otro blanco. Tanto hablar de «guerra asimétrica» y de defensa de soberanía nacional y de nuestros cielos y resulta que un solo avioncito de narcos volvió añicos nuestra doctrina de seguridad nacional. Entró y salió del país con entera impunidad, a media hora de Caracas, de Miraflores y de Fuerte Tiuna. ¿Se produjo alguna investigación? Que se sepa no.
El chavismo quiso salirse de la suerte con la acusación al gobierno de Carabobo de que suya era la responsabilidad del aeropuerto. A Tarek el Aissami, quien hizo el señalamiento, se le olvidó que a él mismo le tocó ejecutar la medida de arrebatar a la Gobernación de Carabobo el control de sus autopistas, su puerto y su aeropuerto. Con eso quedó zanjado el caso. No tenía importancia para los ideólogos de la guerra asimétrica.