Encuesta Encovi: solo 3% de los hogares en Venezuela tiene seguridad alimentaria
La Encuesta Encovi 2019-2020 revela que la mortalidad infantil ha crecido al punto de estar en los mismos niveles de los años 80. Sostienen los investigadores de la UCAB que la cuarentena agravará las condiciones de vida de los venezolanos, mientras que la población pasó a 28 millones de habitantes debido a la migración
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2019-2020, 96,3% de los hogares son pobres desde el punto de vista de ingreso y la tendencia de deterioro de la alimentación continúa. Las estadísticas indican que 79,3% de la población no tiene cómo cubrir la canasta de alimentos, es decir, ocho de cada 10 venezolanos. Resalta además que las transferencias de recursos o subsidios gubernamentales no han tenido impacto en la disminución de la pobreza.
Pero el deterioro de las condiciones de vida se extiende a la educación y al empleo. El estudio revela que casi la mitad de los jóvenes del grupo más pobre tiene rezago escolar de un año o más, por lo que unos 4 millones de niños tienen problemas para asistir a la escuela; solo cuatro de cada 10 mujeres integra el mercado laboral y se observa una importante caída del empleo en el sector público.
«El aumento de la pobreza en Venezuela no se trata de desigualdad sino de la caída de la economía, no hay riqueza que repartir ni beneficios que disfrutar. El proceso hiperinflacionario también ha impactado los ingresos de la población, cuando se observa que el promedio del ingreso es de 0,72 dólares», afirmó el sociólogo Luis Pedro España, coordinador del estudio, al presentar las cifras del estudio.
Venezuela padece desde hace seis años de una profunda recesión, con la cual la economía ha perdido 70% de su tamaño; así como de un proceso hiperinflacionario que va por su tercer años consecutivo y una caída alarmante de sus ingresos en divisas, debido a una merma de su producción petrolera y del deterioro de la producción nacional. Todo ello conlleva a calificar a la actual crisis económica, como una de las peores del mundo en la historia moderna.
Los investigadores presentaron el llamado índice de pobreza multidimensional, el indicador no sólo toma en cuenta el ingreso, sino también la educación, servicios públicos y estado de la vivienda. Al respecto, la pobreza multidimensional pasó de 51% en 2018 a 64,8% en 2019.
Los resultados sobre las condiciones socioeconómicas del país presentados cada año por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) se dieron a conocer este martes 7 de julio, los cuales revelan que la pobreza extrema es de 79%, la pobreza reciente se ubica en 54%, mientras que 41% de la población se encuentra en pobreza crítica.
«Los niveles de pobreza en Venezuela se comparan con países más pobres del mundo y que tienen mayor inestabilidad política. Venezuela solo está detrás de Nigeria en materia de pobreza y desigualdad», apuntó España.
Con respecto a las transferencias de subsidios a la población por parte del Estado, España resalta que 45% del ingreso en los hogares de pobreza extrema viene a través de los bonos gubernamentales. Mientras que en los hogares no pobres, 33% de los ingresos viene a través de las transferencias de bonos.
Indica además que el promedio de recepción de las cajas de alimentos Clap entre noviembre 2019 y marzo 2020 fue de 45 días. «El subsidio implícito, por tanto, de las cajas CLAP, sí es importante para las familias de menores recursos».
Destaca que el gasto promedio en alimentos de una familia en el quintil más pobre es de 20 dólares al mes, mientras que en el quintil más rico puede llegar a 50 dólares. Este grupo de la población calificado como «rico» come cinco veces más carne que el más pobre; además, consume 1,5 veces más huevos y 67% más harina de maíz.
Una de las conclusiones obtenidas del estudio revela que desde diciembre de 2017 las misiones no representan una cobertura importante. «Desde 2018 aumentaron las transferencias gubernamentales a las personas, pero esto no tiene mayor impacto en la disminución de la pobreza».
Se indica igualmente que solo los quintiles 4 y 5 de la población venezolana (los de mayores ingresos) sobrepasan el requerimiento de ingesta de alimentos de más de 2.000 kilocalorías diarias. Mientras que el quintil más pobre consume 1.550 kilocalorías. En el caso de ingesta de proteínas, toda la población está por debajo de la media. Ningún estrato consume el mínimo requerido de proteínas de 51 gramos al día (promedio 18 gramos al día).
El mayor impacto de la menor ingesta de rubros alimenticios es para los menores de edad. Según el estudio, 8% de los niños menores de cinco años califican como desnutridos por su peso, mientras que este indicador en Colombia es de 3,4% y en Haití de 11,6%. Así mismo, revela que 30% de los niños califican como desnutridos por su talla, lo cual muestra indicadores más parecidos a África.
Todo ello refiere además que la seguridad alimentaria sigue siendo crítica en los hogares venezolanos, al evidenciarse que todos los indicadores empeoraron en el último año. «Pasamos de tener una inseguridad alimentaria de tipo leve a una de tipo moderada o inclusive, severa».
El deterioro de la economía en el país se refleja en la participación de los venezolanos en las diferentes áreas productivas. La encuesta señala que Venezuela es el país con peores números de participación en Latinoamérica, ya que 56% de la población participa en la actividad económica. Con estos datos se revela que el país regresó a niveles de 2015. Mientras que 71% de los hombres y 44% de las mujeres se encuentran económicamente activos.
Van menos a clases
La profesora Anitza Freitez, directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB y coordinadora de la Encovi, señaló -por su parte- que hay una pérdida de 3,7 años en esperanza de vida. En hogares están registrando una disminución en el número de integrantes de las familias, mientras que la mortalidad infantil se encuentra en 26 por cada 1.000 habitantes, lo cual se encuentra a niveles similares a los años 80.
«Encovi 2020 registra retrocesos en indicadores de sobrevivencia, la tasa de mortalidad infantil es de 26 por 1.000 habitantes, en lugar de 12 por 1.000 como estima el Instituto Nacional de Estadísticas, por lo que Venezuela regresa a números de 1985 y 1990», dijo Freitez.
Un dato significativo lo constituye el hecho de que se observa el envejecimiento de los jefes de hogares, especialmente en los hombres. «Ningún otro país de la región con un fenómeno de envejecimiento acelerado».
Resaltó además que solamente 60% de la población escolarizada es la que consigue asistir a clases. Casi 4 millones de niños están en situación de vulnerabilidad, y no tienen garantía en su derecho a la educación. Igualmente, 28% recibe el Programa de Alimentación Escolar (PAE) todos los días (antes de la cuarentena).
«Una agenda educativa olvidada que se agrava en el contexto del covid-19, esta situación responde en buena medida a que la oferta educativa que ha prevalecido durante varias décadas no es satisfactoria para los jóvenes en educación ya que la condición socioeconómica los obliga a ingresar al mercado de trabajo».
Destaca que más de la mitad de la población más pobre no completa la educación, por lo que hay retrocesos enormes en el acceso a la educación media. «Es en el grupo de 18 a 24 años donde vemos el mayor retroceso en la cobertura educativa. Entre 2014 y 2019, apenas en un quinquenio, se redujo a la mitad».
«Aunque hay menor demanda en el sistema educativo no vemos progreso en la cobertura». Venezuela pasó de tener 12,7 millones de personas en edad escolar (3 a 24 años) a 11 millones.
Actualmente 44% de la población está inactiva laboralmente, según los resultados de la Encuesta Encovi. Muchos de se han dedicado a labores del hogar.
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Freites indica que la migración ha hecho que perdamos 25 años de bono demográfico. «Estamos alcanzando en el año 2020 la relación de dependencia demográfica que debimos haber alcanzado en el año 2045. Nuestras cifras señalan que 2,36 millones de personas salieron del país en los últimos tres años».
La población de Venezuela se encuentra por el orden de los 28 millones de habitantes (debido a la migración), muy por debajo de los 32 millones que se habían proyectado para la fecha. Un 19% de los encuestados señaló tener algún familiar que emigró.
«1 millón 600 mil que reportaron migrantes en 2019, este año los hombres migraron más al contrario de las mujeres que salieron más antes en esta migración forzada. Los destinos cambiaron, antes era Estados Unidos y España pero recientemente los son Colombia, Perú, Chile de los países de la región que han acogido a los venezolanos».
Señala Freites que el motivo principal de la migración es la «búsqueda de empleo», los hijos de entre 15 a 20 años son los que más emigran, la mayoría se va solo o acompañado por uno de los dos padres. No obstante, en el último año la reunificación familiar se ha afianzado como razón para migrar.
La emigración produjo un incremento en el envío de las remesas al país. Los resultados señalan que 30% del total de los hogares recibe recursos desde el exterior. Sin embargo, uno de cada 5 hogares en el que algún miembro de la familia emigró en un periodo reciente dijo recibe remesas.
«Observamos un aumento de los hogares pobres receptores de remesas. 57% son percibidas por hogares en situación de pobreza».
Freites explica que los estudios del Encovi realizados antes de la crisis de la pandemia por el covid-19, señalan que el retorno de venezolanos al país era de 4%.
Impacto del covid-19
El estudio resalta que por motivos de las restricciones de la movilidad debido a la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus, el desempleo aumentó en 6,9 puntos porcentuales en todo el país. Por lo que los hogares necesitarán más ayudas: un incremento de subsidios gubernamentales y el reto de que las transferencias futuras sean en divisas.
Revela la encuesta que hasta un 43% de los hogares del país reportan imposibilidad de trabajar o tener una pérdida de ingresos. Mientras que 70% de los hogares señaló que el aumento en el precio de los alimentos es el principal impacto que se ha generado durante la cuarentena.
En el escenario post-pandemia, los investigadores consideran que es muy posible que la emigración venezolana se reanude una vez que los países receptores estabilicen su economía.
Unidad para el cambio
Para el padre Francisco J. Virtuoso, rector de la UCAB los resultados de la encuesta revelan una destrucción acumulada de los calidad de vida de la población, «los números muestran cómo la pobreza se está agravando, comparables con los registrados en los países del mundo más pobres». Esta afectando tres de cada cuatro hogares.
«Necesitamos construir este programa en una tendencia de cambio, tenemos que presionar para enfrentar la terrible crisis humanitaria que padecemos, el eje de la unidad nacional no debe ser otro que la mejora de la población».