Enrique Mendoza, un servidor público ejemplar, por Omar Ávila
Twitter e Instagram: @OmarAvilaVzla
El pasado lunes los mirandinos recibimos una triste noticia. Enrique José Mendoza D’ascoli, un gran hombre que dedicó su vida a ayudar a los demás, había fallecido. Solidario como ninguno, con un gran corazón, un extraordinario ser humano, con una capacidad de trabajo impresionante, dejó un legado admirable y positivo para todos aquellos que lo conocimos. Un ciudadano a carta cabal.
Nos tocó a los petareños darle una justa y merecida despedida a este venezolano insigne con todo el amor, agradecimiento y por supuesto con el respeto que se merece un luchador social como ningún otro.
Estuvimos rindiéndole homenaje póstumo en el Comité Regional de Copei junto a cientos de dirigentes de todos los niveles; luego fuimos igualmente testigos en ese transitar en el cual fue honrado por los ciudadanos de a pie, a lo largo de todo el camino en el que se escucharon una cantidad de consignas que identificaban la exitosa carrera política de Mendoza, desde el sector Buena Vista de nuestro municipio Sucre, llevándolo por la Francisco de Miranda hasta la Zona Colonial de Petare, donde continuaron los honores en el Concejo Municipal, en la casa municipal de Copei, hasta ser llevado a la iglesia Dulce Nombre de Jesús, en donde fue sacado el Nazareno de Petare, del cual Enrique era devoto y colaborador.
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Realmente no podía ser de otra manera la despedida para este trabajador incansable, acompañado de la gente por la cual trabajó, que tanto apoyó y por supuesto, a quienes nos enseñó y entre los cuales me siento orgulloso de que haya sido mi mentor, de quien mucho aprendí y ahora luego de su partida en este mundo terrenal, aumenta nuestro compromiso de seguir haciendo política con base social, de continuar luchando por la descentralización y el cambio.
Entre las cosas que aprendí de Enrique es que un buen político trabaja incansablemente, que no tiene horario ni fecha en el calendario y que no se necesita de escoltas para entrar a un barrio. Que la humildad no debe perderse, que no se requiere de un cargo o estar en campaña para estar al lado de nuestro pueblo.
Sin lugar a dudas nos dio un gran ejemplo de trabajo y perseverancia. Un gran organizador y estratega, un ciudadano ejemplar, honesto, pero sobre todo un claro ejemplo de lo que debe ser un servidor público, al cual no me queda más que darle las gracias por todas tus enseñanzas, consejos y amistad.
Descansa en paz «gobernador», como todos te llamamos hasta tu último día en este plano. Estoy convencido de que tus valores y enseñanzas viven en mucho de los que te conocimos y te acompañamos, y eso te hace inmortal, porque un líder nunca muere. Vivirás por siempre en nuestros corazones.
Se va un gran mentor en mi vida, pero debo confesar que ha sido hermoso ver, leer y sentir todos esos buenos comentarios, que no se deben a otra cosa que haber sido un gran gobernante.
Para finalizar, lo seguiremos diciendo y haciendo como nos enseñaste, predicando con el ejemplo; con trabajo, trabajo y más trabajo. Hasta siempre gobernador.
Omar Ávila es secretario general nacional de Unidad Visión Venezuela.
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