Entre diálogo y primarias, por Ángel Monagas
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Caiga quien caiga
Luego de más de tres (3) años de un autodenominado «presidente encargado», el velo se retira y queda perfectamente claro el panorama: Todo fue un show, un modo, una manera de obtener un financiamiento, sobre el cual hay muchas observaciones, reclamos, escándalos y muy pocas rendiciones de cuenta.
La escena de este «culebrón», que en el intento quedó ser novela, película, finalmente se acerca a su final: Participar en unas primarias para escoger un candidato, de un ilegítimo gobierno, que por lo visto no es tan inexistente pues requiere de un sucesor.
El llamado «presidente de internet», no pasó de allí, descubriendo la trama de toda su hazaña: Ser candidato Presidencial en 2024. Él dice ser el “presidente”, no obstante va a participar y si hipotéticamente ganara, quién le pondría la banda presidencial, ¿sería el negado por él, ¿»Nicolás Maduro»? ¿Quién le tomará juramento, la actual AN o los becados del 2015? ¿Lo proclamará el mismo CNE (electo de la misma forma) que en 2018 juramento al «usurpador» Nicolás?
Los leguleyos financiados por el propio gobierno de «internet», dirán que no hay reconocimiento de Nicolás. Si aplicamos las leyes de la lógica, una simple pregunta derrumba el prosopopéyico informe jurídico ¿Se puede sustituir lo inexistente?
Durante todo este tiempo desde 2019, presenciamos una obra de teatro, una tragicomedia, donde el más afectado fue el público que soportó cada una de las escenas.
La Pastora Fiel, la Celestina, El Jardín de los Cerezos, no pueden debatir la calidad interpretativa de la que hemos vivido los venezolanos: El Mercader Venezolano, así la titulamos para acercarnos a aquella que se refiere a Venecia.
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Para muchos venezolanos, la mayoría de los que no militan ni simpatizan con partidos, no tenemos oposición política en Venezuela, sino movimientos u organizaciones con posiciones políticas. Ayer participaron con el régimen en unas elecciones, se reúnen con el que dicen desconocer, dialogan, aceptan los presupuestos de la inexistente e ilegal Asamblea Nacional 2020 ya que necesitan presupuesto para cogobernar y ¿Por qué nos extraña que acepten ese mismo CNE que legitima lo anterior? Critican el Tribunal Supremo de Justicia y lo señalan como el bufete de Miraflores, sin embargo allí tienen cubículos muchos magistrados, tras bastidores, pertenecientes a la MUD-G4 o con su visto bueno.
¿Es esto una oposición seria? ¿Auténtica, coherente? ¿O un grupo de partidos con dirigentes y “líderes” que al contrario del 90% de los venezolanos, están en mejor posición económica que antes?
Viajan, deambulan en las ciudades más costosas como New York, Washington, París, Roma, España, Bogotá, etc., mientras usted sufre buscando la buseta que lo traslade pues no hay gasolina.
¿Quién pagó el costoso hospedaje en Panamá City?
Esta es la cruda realidad de una oposición que dice ser y no lo es.
Otros líderes opositores han sido coherentes en su no reconocimiento. Tristemente a ellos, el día a día los mata. Del presupuesto del gobierno de “internet” sale todo el financiamiento de estructuras, viajes, en fin, lo necesario para operar.
Los excluidos del G4 navegan en un mar de ausencias, de vicisitudes económicas y no es fácil.
Mediáticamente operan desde uno que otro portal y en la radio por internet como RCTV. Telesur Libre murió antes de nacer. Un concebido más no nacido. El G4 financia todos los frutos periodísticos que tienen más fuerza y que al igual que la tiranía, censuran a todo aquel que se atreva a criticar a Guaidó.
La dicotomía en la que se haya el venezolano es simple: O asumes está tragicomedia dizque opositora o compras cotufas para seguir viendo esta película de terror que supera en creces Halloween, La Cosa (este nombre es una buena definición del comportamiento del G4), Psicosis (también me gusta), La Profecía, vale este título porque la llegada del chavismo estaba anunciada, La Bruja (no piensen en primeras combatientes), Martes 13 (nombre exacto si recordamos 2002), el exorcista que aún asusta a Gustavo Azocar, entre otras.
Esta tortura igual que ocurre con las películas de este género del terror, la gente paga por verlas. Ya hasta les agrada sufrir.
Se ha dado un poco el fenómeno del síndrome de Estocolmo.
La ausencia de ofertas creíbles desde un punto de vista estrictamente económico ha hecho superar las ventas.
Como suelo decir: En un país serio, con una oposición seria, coherente, una opinión pública sería, este drama de infarto llamado chavismo, habría sido ampliamente superado.
Propuesta
Muchos de los que estamos en el exterior, aunque sea desde hace poco, suelen quitarnos la nacionalidad y reclamarnos lo que opinamos sin vivir en Venezuela. Les pregunto ¿Existe Alaska o Roma? Muchos no las han visitado y saben que existe.
Es fácil operar desde Venezuela para muchos dirigentes opositores…van y vienen a placer al exterior y en primera clase. Ellos no hacen colas para gasolina ni se les va la electricidad. Realmente no son perseguidos ni molestados, por eso opinan a gusto y ahora cada uno monta su “show reality” de persecuciones y atentados inexistentes.
Todos sabemos que los regímenes comunistas encarcelan rápido a los que molestan, a los que significan algún peligro para su estabilidad.
El que crea que Nicolás teme por su seguridad, por el proceso de la CPI, pues déjenme decirles señores no han estudiado a profundidad el comunismo. No conocen la historia. Mao es el peor asesino que ha conocido la historia. Hitler fue un “bebe de pecho” a su lado. El primero tuvo que suicidarse. Mao murió de muerte natural.
Si la oposición quiere ser seria debe como lo han propuesto algunos líderes, terminar ese parapeto llamado “gobierno de internet”. Asumir la oposición completa, de calle, de reclamos. Igual desaparecería esa AN 2015, absolutamente inútil e ineficiente, de puro verbo y posturas para fotos. Ni siquiera en un caso de su competencia como “Monómeros”, pudieron actuar en consecuencia.
Conectarse con la gente reclama modelaje, empatía, ponerse en los zapatos de un pensionado, jubilado o de un educador o maestro cuando va al supermercado o a la farmacia.
Es la mejor forma de recuperar la credibilidad, el apoyo de la gente. Cesen esa campaña de que «Venezuela ha mejorado». Es una falta de respeto con la mayoría del país. Con los migrantes que todos los días abandonan el país y que ya hacen más de 7 millones.
Por más que algunos de los actores del «Pan y circo» les pidan regresar, no lo harán y si son jóvenes, la determinación a quedarse donde están es mayor.
La oposición puede ser buena o mala pero tiene que ser «oposición» de verdad, auténtica. El G4 no puede ser la expresión del 90% del país que no les cree, no los siguen y sienten que no los representa.
Y finalmente les sugiero, no discutan el futuro de Venezuela lejos de ella. Se ve y se siente mal. Vayan a Maracaibo, San Cristóbal, Mérida, Ciudad Bolívar, etcétera, donde se quedan sin electricidad «un día sí y otro también», donde la gasolina es más costosa que el champagne Francés y el agua por tuberías se observa en películas.
Como les encanta celebrar estos encuentros en el exterior, sin embargo, la palabra de más de 7 millones de venezolanos en el exilio de una u otra manera, no es escuchada.
No han dicho nada de Alex Saab, de la visita del Fiscal de la CPI, de Putin, y tantos otros temas…El silencio se siente como complicidad.
Parafraseando un poco, al colombiano Fabio Valencia les reitero: «O cambian o los cambiamos»…