Entrevista de la BBC a Elías Jaua: no sabe, no responde, por Ariadna García
Este lunes 10 de diciembre salió publicada una entrevista en la BBC al exministro de Educación venezolano Elías Jaua. En ella se refleja lo que significa el chavismo en verbo y acción. Una fuerza política retrógrada, que cercena las libertades, que desprecia las ideas y que evade con cinismo cuando se les pregunta por: corrupción, DDHH y, fracturas internas.
Nota: las respuestas en negritas a las preguntas de la BBC son las interpretaciones de mi autoría.
Al preguntarle por qué el gobierno de Hugo Chávez no atacó la corrupción desde el principio responde:
— Le hablaré con toda sinceridad de aquellos momentos en el año 1999. El comandante Chávez llegaba con toda una matriz de opinión que aseguraba que iba a ser un dictador. Hubo hasta fake news, como las llaman ahora, sobre eso. En el interior del proyecto bolivariano debatimos entonces si había que iniciar una especie de operación manos limpias, pero se consideró que eso afectaría a la estabilidad política del nuevo gobierno y que nuestra prioridad en esa primera etapa era atender la emergencia de pobreza que había en el país.
El exministro de Educación explica con esto que en la génesis del chavismo había un plan, una estrategia donde lo mejor para el Estado no era prioridad. Algo así como vamos a atacar la fiebre, pero con la infección nos metemos después.
El experto alemán en derecho penal y política criminal, Jan Michael Simon, considera que “la corrupción tiene que ver con sangre y con muerte. La corrupción mata. Cuando es masiva nos priva de nuestros derechos. Crea miseria y puede incluso llegar a causar crímenes de lesa humanidad”
En 1999 el chavismo no sabía nada de esto, parece incluso que 20 años después tampoco lo sabe, amén de las palabras del exvicepresidente, quien afirma a la BBC que en ese año el hambre era el tema de interés para el gobierno, mas no la corrupción que después causaría esa misma hambre.
Hoy cuando Pdvsa enfrenta desfalcos por el orden de los 1.200 millones de dólares, solo en una red de corrupción liderada por Matthias Krull, Francisco Convit, entre otros actores y la producción de la industria ha descendido a 1,13 millones de barriles diarios, un 40% menos a la de 2017. El gobierno finalmente habla de corrupción.
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—¿O sea, que prefirieron no meterse en eso?
— Chávez dijo que dejáramos actuar a las instituciones pero que no nos pusiéramos nosotros al frente de algo que iba a parecer en el mundo una cacería de brujas contra los dirigentes del pasado…
“Dejar actuar”, dejar actuar en el chavismo pareciera ser tener amnistía para lavar dinero, asociarse para delinquir y malversar fondos públicos. Los últimos casos de corrupción destapados en EEUU, España y Andorra son una prueba de ello. Para Elías Jaua haber enjuiciado a aquellos que incurrieran en estos delitos no significaba respetar la ley, para él eso es “una cacería de brujas”.
—¿Pero Alejandro Andrade, tesorero de la República recién condenado en Estados Unidos por admitir sobornos, era uno de los suyos. Parece que ustedes pusieron al frente de las instituciones a gente que no era del todo fiable?
—Hablo de 1999, cuando las instituciones estaban todavía en manos de la élite del pacto de Punto Fijo (el sistema anterior al chavismo). Fue una decisión política y yo creo que fue un error. Porque dejamos intacta la estructura de corrupción, especialmente el sector privado, que es el gran corruptor en Venezuela.
No sabe, no responde.
—¿Los casos de corrupción millonarios en Pdvsa, la petrolera estatal, también son culpa del sector privado?
—Todo es a partir de sectores privados. Toda la estructura de corrupción del sector privado quedó intacta y sus contactos dentro del Estado rápidamente corrompieron a funcionarios débiles. Ahora estamos pagando las consecuencias de esas desviaciones.
El chavismo puso en cargos importantes a “funcionarios débiles”, quiere decir personas con poca integridad, que fácilmente podían prestarse para hacerse con dinero público. “Débiles” para respetar la Constitución, “débiles” para respetar el patrimonio del Estado.
—¿Hace seis años Chávez designó a Maduro como su sucesor. ¿Estaría hoy satisfecho con su gestión?
—Eso solo lo puede responder el comandante y él ya no está con nosotros. Yo solo le puedo responder por mí, no por el comandante. Yo sí valoro a Nicolás Maduro.
No sabe, no responde.
—¿Cree en Maduro como creía en Chávez?
—Es mi compañero de lucha desde hace 25 años.
Me gusta la empanada con carne mechada.
—¿Usted lo propuso (un nuevo líder) sin éxito en el último congreso del PSUV. ¿Por qué no le hicieron caso?
—Lo propuse, no para el presidente Maduro, sino para el resto de la dirección. Se dijo que no era el momento y no se permitió la discusión. Yo lo acato, pero siempre ha sido una aspiración de la mayoría de las bases.
“No se permitió la discusión”, “yo lo acato”. Que un ministro de Educación diga que en un congreso político se frena un debate, se impone un veto que además es acatado con sumisión por los asistentes es tremendamente vergonzoso. Aterra que el chavismo le tema tanto a las ideas. Esta entrevista revela que son una secta retrógrada que se rehúsa a permitir cualquier diversidad, incluso dentro de su fuero.
—¿Pero su propuesta ni siquiera se debatió?
—Se dijo que no podíamos ir a unas elecciones de las bases porque enfrentamos una agresión superior y la mayoría de la dirección nacional compartía ese argumento. Yo estoy en el PSUV y acato su disciplina.
Una vez más el chavismo tiene otro asunto “superior” que atender como el hambre en 1999. En esta ocasión no tiene tiempo para la democracia.
—¿Hoy día incluso algunos chavistas afirman que el gobierno de Maduro está cercenando libertades. ¿Fue esa la razón por la que lanzó esa propuesta?
—No mezclemos las cosas. En Venezuela hay elecciones, hay libertad de prensa y de manifestación.
Las peras son peras y las manzanas son manzanas.
—¿No tenemos una sentencia sobre quién la colocó, pero Fernando Albán, concejal de la oposición, murió en extrañas circunstancias mientras estaba detenido por su supuesta implicación?
—Al presidente de la República le estalló una carga de explosivos al frente. No sé qué es más grave. Son dos vidas humanas y tienen el mismo valor. Lo de Albán fue un hecho grave, triste, porque si en algo nos hemos empeñado desde la revolución ha sido en voltear toda la historia de violaciones de derechos humanos en Venezuela. Se activaron los mecanismos de averiguación y el chavismo honesto…
Es necesario que la BBC haga una segunda entrega de esta entrevista para que Jaua nombre a los protagonistas del chavismo honesto y del chavismo deshonesto. Nos morimos por saber ministro.
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