Roberto Enríquez: Eventos electorales parciales no resuelven el problema de fondo

Roberto Enríquez hereda la Secretaría Ejecutiva de la Plataforma Unitaria opositora luego de la renuncia de Omar Barboza en medio de un debate sobre qué hacer con las elecciones regionales convocadas para mayo próximo. Asume, de entrada, que no se trata de una jefatura sino de una dirección de debate, para avanzar en la implementación de una ruta política anunciada, tomando en cuenta que María Corina Machado y Edmundo González «encarnan la mayoría» del país
Foto de portada: José Daniel Ramos
La agenda de Roberto Enríquez ahora tiene más compromisos. Desde el 16 de marzo es el nuevo Secretario Ejecutivo de la Plataforma Unitaria opositora, en sustitución de Omar Barboza quien renunció a esa posición tres días antes con una carta donde afirmaba que «no es factible políticamente que mi presencia en la Secretaría Ejecutiva sea útil para poder lograr un acuerdo que nos mantenga unidos en esta coyuntura tan compleja», y que su labor se había convertido en meros «temas administrativos intrascendentes».
El militante de Un Nuevo Tiempo demostraba así el estancamiento de las posturas políticas internas de los integrantes de esa coalición, especialmente en torno a la participación en las próximas elecciones regionales: varios partidos dicen que no como La Causa R o Voluntad Popular y otros que sí como UNT o MPV.
Enríquez, presidente de Copei-ODCA (el partido socialcristiano sin tarjeta electoral) asume la silla que ocupaba el zuliano, viéndose a sí mismo más como un director de debates. Enríquez afirma que su designación es «transitoria» hasta que se consiga a un sustituto, algo que espera ocurra en unos tres meses. «Si bien no hemos acotado el tiempo, yo creo que que mientras más breve sea mejor. Conseguir una persona que reúna las características de independencia, de tolerancia al riesgo que esto implica, no es fácil. La vamos a buscar, pero en su defecto dentro del misma plataforma podemos encontrar otra opción». Por ahora, y mientras Enríquez toma este rol, la representación de Copei-ODCA la tendrá Robert García.
Su primera tarea, no obstante, ha sido lidiar con el retrato de la Plataforma que dejó Barboza, «un tipo extraordinario que ha sido uno de los grandes arquitectos de este proceso de unificar a las fuerzas democráticas (de cara al 28J)», como lo describe. Pero pareciera no acompañar su diagnóstico. De hecho, el copeyano cree que la Plataforma Unitaria «justamente fue construida para procesar diferencias y contradicciones».
Afirma Roberto Enríquez que eso se ha logrado en esa instancia opositora «como lo demuestra el documento del 19 de febrero, en donde prácticamente hay una hoja de ruta que Omar ayudó a construir. Pero uno tiene que respetar a veces y valorar la situación personal de cada quien. Recuerda que él además es militante de un partido político».
En ese comunicado, la Plataforma habla de reconstruir la ruta electoral y llama a iniciar un nuevo proceso de negociación política «formal y transparente». Se trata de la ruta que propone la coalición que, a decir de Enríquez, «tiene dos columnas vertebrales». La primera es luchar por condiciones electorales: «¿Cómo puedes ir a unas elecciones cuando tus candidatos, la mayoría, están presos, está en el exilio o está escondida? ¿Cómo tú puedes ir a unas elecciones cuando tus testigos están llenos de terror y se han tenido que mudar de sus casas, cuando se criminaliza el derecho a defender tu verdad y la verdad que vivió el país el 28 de julio?».
La otra lucha es «de largo aliento», dice Enríquez, la de construir «un gran acuerdo nacional que garantice la democracia, el acatamiento a la voluntad de la mayoría, el respeto a las minorías, la reconstrucción del tejido institucional y la convivencia en Venezuela. Para eso tenemos dos instrumentos muy poderosos a los que el gobierno, a mi manera de ver, les ha ido sacando el cuerpo: el Acuerdo de Barbados en materia electoral y el Memorando de entendimiento de Ciudad de México, que suscribió Nicolás Maduro a través de su delegación que encabezaba Jorge Rodríguez».
-¿Cuáles son sus retos personales frente a los ánimos dentro de la Plataforma, las personalidades y las distintas visiones políticas?
-Este es un rol transitorio. Mi condición de jefe de partido me obliga a que la Secretaría Ejecutiva sea una dirección de debate con carácter colegiado. Yo no soy jefe. Mi reto es tratar con respeto a mis compañeros. Mi fórmula es trabajar en equipo todo, lo más colegiado posible, siempre con “cabuya corta”, y cuando haya una materia que la Plataforma no haya decidido, pues yo tendré que reservarme mi opinión porque ya no estoy hablando por mí ni por Copei.
-El anuncio de querer participar en elecciones regionales ha traído que AD «autoexcluya» a militantes, que Andrés Velásquez diga que UNT y MPV se «autoexcluyeron» también, que Primero Justicia se pelee consigo misma, que Juan Pablo Guanipa diga que esos dos partidos tampoco deberían seguir en la Plataforma. ¿Existe el peligro de que la coalición termine convertida en un diálogo de sordos?
–Para no caer en el diálogo de sordos hay que dejar que el pueblo ponga las cosas en su sitio. Si alguien asume una política equivocada, yo estoy convencido de que el pueblo venezolano le va a pasar factura. En la Plataforma nadie tiene prohibido opinar, pero cada partido debe desprenderse de muchas de sus posiciones porque si no estaríamos imponiéndole una cosa al otro. Entonces, cuando tú escuchas a un dirigente decir algo a nombre de su partido, eso no lo tiene prohibido. Lo que sí nos prohibimos es el pretender imponerle al otro nuestra visión. La Plataforma es una gran instancia para procesar contradicciones, diferencias, precisamente esa su su naturaleza y por eso el gran logro de presentar la hoja de ruta no solamente como una declaración, sino como un plan de trabajo.
-¿Habría algún problema si Un Nuevo Tiempo y MPV van a las elecciones, pero la Plataforma con su tarjeta propia no acude?
-Nosotros quisiéramos que todos hicieran músculo en acompañar la ruta de la Plataforma que es exigir condiciones fundamentales. Hoy la Plataforma no tiene manera de participar en un proceso electoral porque nos tienen prácticamente cerrados todos los espacios y las posibilidades para ello. La decisión de la Plataforma de luchar por condiciones fue absolutamente mayoritaria, exigiendo que se acabe la represión, que cese el clima de miedo, que liberen a los presos, que nuestros candidatos puedan ser candidatos, que los testigos no tengan miedo de ser testigos, que la tarjeta esté a nuestra disposición. De nada sirve creer que eventos electorales parciales van a resolver el problema de fondo de Venezuela, que es ese quiebre profundo a partir del 28 de julio.
-¿Pero esa diferencia para las elecciones regionales significaría un quiebre?
-La fuerza de la Plataforma no es la suma de los partidos sino lo que simboliza en el imaginario popular la Unidad. La gran demanda que los venezolanos le hacen a la clase política es unidad y la Plataforma justamente es el símbolo de eso. Eso es un tema que no hemos debatido a fondo, pero yo creo que quien se pone al margen del instrumento que los venezolanos se han dado para simbolizar la unidad, que es la Plataforma, comete un gran error y el país dará su veredicto. Pero la Plataforma no es un tribunal.
-Esas diferencias de criterio a veces terminan dando paso al uso de fuertes palabras, uso de etiquetas, señalamientos de «traidores» y demás. ¿En la Plataforma se discute cómo bajarle dos a eso?
-En la Plataforma no hay temas vedados. Cada vez que alguien pone sobre la mesa un tema se debate, se discute, pero nos toca también respetar el derecho de cada dirigente y de cada partido a emitir sus opiniones. Lo que sí exigimos es que cada partido respete las reglas de juego que nos dimos en la Plataforma, que es que cuando tomamos una decisión, pues todos la respetemos.
*Lea también: Transparencia Venezuela: Narcotráfico generó más de $8.200 millones en el país en 2024
-Hemos sabido que se han tomado decisiones sin unanimidad, que incluso luego son de cierta forma renegadas por actores políticos.
-Es que la Plataforma Unitaria es una dirección plural. Todos tenemos un compromiso con el país, pero cada uno tiene su formación ideológica, política. Nosotros acordamos unas reglas de juego. Así como el país tiene una Constitución, la Plataforma tiene un reglamento. El unanimismo tampoco es necesariamente sano.
-¿Cómo ve la Plataforma a María Corina Machado y Edmundo González? ¿Cómo debe ser la relación con ellos?
-Yo creo que es un tema de tener claro los roles de cada quien. Ciertamente, María Corina no tiene que pedirle permiso a la Plataforma para actuar. La Plataforma tampoco le pide permiso a María Corina para fijar posiciones. Somos autónomos, pero nos une el mandato de los venezolanos de las primarias y del 28 de julio. La plataforma es la instancia plural que representa la unidad política, y habría que ser muy mezquino, enano espiritual, para no reconocer que eso lo encarnan como líderes políticos María Corina y Edmundo. Ellos encarnan la mayoría. Nosotros encarnamos el pluralismo de la unidad, el pluralismo político.
-¿Hay interacción con el oficialismo?
-No. Desde que se levantaron del proceso de negociación en diciembre de 2023 fue imposible restablecer canales de comunicación. Ahí está el mensaje que la Plataforma mandó, es inequívoco. Estamos planteando una negociación que implique resolver la crisis que está atravesando Venezuela, respetar la voluntad mayoritaria de los venezolanos y construir reglas de convivencia para que Venezuela sea vivible para todo el país. No puede ser que ser oposición dé miedo y tampoco puede ser que dejar el gobierno signifique una tragedia. Todavía no hemos recibido ninguna respuesta.
-¿Y canales informales o indirectos?
-Cero.
-¿Hay relación con el CNE para buscar esas condiciones electorales, claridad sobre la tarjeta, etc? ¿Con la rectora Aimé Nogal, quizá, por haber sido parte de UNT?
-No. Lo que ocurrió el 28 de julio tiene cara, y es el rostro de esos rectores. Para nosotros todo pasa por una negociación integral.
-Al terminar su paso por este rol de Secretario Ejecutivo transitorio, ¿qué aspira sean los logros de Roberto Enríquez?
-El protagonista es la unidad y la Plataforma, y no Roberto. Mi éxito o mi fracaso solo indica el éxito colectivo de la dirección política, porque yo soy una expresión muy modesta de un equipo colegiado. Es la primera vez que un jefe de partido asume este rol y eso es muy delicado. Entonces, yo tengo que ser muy cuidadoso de cada cosa que digo, de cada cosa que haga. No estoy exento de cometer errores y espero que mis compañeros, si lo llego a cometer, me corrijan y sean tolerantes conmigo.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.