Equipos que buscan la excelencia, por David Somoza Mosquera
Foto: Dk Consultores
Diseñar un buen plan estratégico o definir objetivos ambiciosos no siempre garantiza el éxito de una empresa: el factor humano es decisivo para concretarlos. Para que las ideas se conviertan en realidades las personas deben ser capaces de implementarlas de manera efectiva y es aquí donde los llamados equipos de alto rendimiento demuestran su valía.
Esta es una tendencia que va en aumento, pues las compañías que cuentan con un equipo de alto rendimiento promueven buenas prácticas en su seno, como respeto mutuo, buena gestión comercial y liderazgo para enfrentar los desafíos.
La muestra más palpable de ello fue durante la pandemia. Los años 2020, 2021 y 2022 fueron retadores para las empresas y una de las vías que encontraron para enfrentar y superar los severos efectos del covid-19 fue precisamente desarrollando equipos de alto rendimiento.
De hecho, en el artículo «5 Things High-Performing Teams Do Differently», publicado en Harvard Business Review, se señala que los equipos de mayor rendimiento encontraron formas de aprovechar las conexiones sociales durante la pandemia para impulsar el éxito de sus organizaciones.
Los hallazgos de la investigación a la que hace referencia el análisis ofrecen pistas importantes sobre las formas en que cualquier empresa puede fomentar una mayor conectividad, incluso dentro de un entorno de trabajo remoto o híbrido, para diseñar equipos de mayor rendimiento.
Pero hacerlo requiere más que simplemente contratar a las personas adecuadas y dotarlas de las herramientas apropiadas para hacer su trabajo. «Requiere crear oportunidades para que se desarrollen relaciones genuinas y auténticas», se advierte en el artículo y lo cual es clave en cualquier situación, no exclusivamente en pandemia.
Ahora bien, estos equipos no solo son útiles para procurar revertir el impacto negativo de una crisis sanitaria, sino de cualquier otra amenaza, bien sea interna o externa. Como punto de partida, están diseñados para alcanzar la excelencia en los diferentes ámbitos de la actividad empresarial y, por ello, deben estar integrados por empleados con una notable capacidad para trabajar en equipo y asumir responsabilidades específicas sin necesidad de una supervisión estricta.
Este tipo de equipo, además, suele contar con líderes motivadores y con una visión clara de lo que se espera conseguir. Esto contribuye a que sea articulado y todos los integrantes trabajen hacia un objetivo común, ofreciendo los mejores resultados posibles.
Para conseguir esos resultados óptimos, como bien se indica en «5 Things High-Performing Teams Do Differently», los equipos de alto rendimiento no tienen miedo de levantar el teléfono –tienden a comunicarse con más frecuencia por esa vía–; son más estratégicos y productivos con sus reuniones, pues las planifican con antelación y fijan tareas; e invierten tiempo en vincularse con temas que no son de trabajo, lo cual «fomenta una simpatía más profunda y conexiones auténticas».
Así que los equipos de alto rendimiento representan un gran activo para las empresas. Gracias a la labor de sus integrantes, pueden superar mejor las crisis, enfrentar los cambios y llevar a cabo sus procesos de una mejor manera.
*Lea también: El empleo del futuro tiene sus ‘límites’, por David Somoza Mosquera
Y lo más importante es que los mejores equipos no son más efectivos porque trabajen todo el tiempo, sino porque invierten tiempo en conectarse de manera genuina para garantizar la excelencia.
David Somoza Mosquera es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo