Es momento de tender puentes, por Rafael A. Sanabria M.
Mail: [email protected]
A solo un mes de las multielecciones convocadas por el Consejo Nacional Electoral, se perciben candidatos únicos por parte del gobierno y bajo la tendencia opositora diversos candidatos luchando entre sí.
Dentro de la oposición hay pugilato. Los llamados alacranes son, supuestamente, personajes pagados por el gobierno para dividir, cuando hace algunos meses, antes de salir al ruedo la MUD, todos andaban juntos. Al parecer, en ese momento no eran aliados del oficialismo. Qué paradójico y contradictorio, pero como dicen viejos amigos del oficio “así es la política”. Y realmente, ¿será así la política? O son los personajes que tenemos (vitalicios) dentro de ella, que buscan siempre amoldar las situaciones en su beneficio individual.
Por definición, todo aquel que milita como adverso al gobierno es opositor. Indiferentemente si es de la alianza democrática o de partidos independientes o minoritarios. Considero muy vil y bajo recurrir a las descaradas calumnias y que se embarren de lodo, entre ellos mismos, descalificándose en vez de construir puentes para solidificar una verdadera unidad.
No es secreto que en muchos estados y municipios la MUD llama a los de la Alianza Democrática, chavistas disfrazados y éstos últimos nos recuerdan que la MUD llamó a no votar, que resultó en beneficio para el gobierno.
En este “diálogo” se le pasan. Si no han logrado unificar criterios entre ellos, cómo pretenden organizar a un pueblo. Suena odioso, pero si desean un cambio debe comenzar por ellos mismos.
Hasta el observador menos cercano a la política se da cuenta que no hay interés por el pueblo. El único fin es el poder. Si existiera un gramo de amor por la colectividad, todos colocaran la carabina a un lado y en forma de mazo se unirían por el bienestar del pueblo que debe ser el fin único del quehacer político.
*Lea también: Ni los ojitos, ni la manito, por Omar Ávila
Lo hoy expresado no es un capricho, pues es la pura realidad. Se aprecia nomás sintonizar las emisoras de TV, lo primero que escuchamos y vemos son candidatos opositores en plena palestra luchando entre sus iguales por un cargo. Y lo más cínico, decir a estás alturas que contratarán a una encuestadora para definir un candidato único. Si cuando tuvieron tiempo para aplicar cualquier método para alcanzar la unidad no lo hicieron, porque simplemente pensaron fue, exclusivamente, en sus intereses personales.
Ahora, viles descarados, dicen querer hacer encuestas para disfrazar el gran error que cometieron. Nombraron a dedo a los candidatos, tras interminables “conversaciones” sin normas ni ética, donde prevalecían los intereses materiales inmediatos. El deber ser era hacer elecciones primarias mas ellos argüían que las primarias eran inviables, costosas y traumáticas. Pero trauma verdadero tiene ahora el pueblo que tiene candidatos a escoger, tanto en la MUD como en la Alianza Democrática, y no sabe cual ruta tomar porque, en la mayoría de los casos, cualquiera de las dos que escoja significará perder.
Es necesario hacer puentes en estos últimos días que quedan, para que se masifique la fuerza unitaria, de lo contrario, el oficialismo triunfará sin mucho esfuerzo y vendrán cuatro años más para el país con las cuentas en rojo. Mientras, la oposición estará mascullando sus rencores de unos contra otros, para que entonces, en las siguientes elecciones, se vuelva a repetir el consuetudinario fracaso.
Es increíble que algo tan elemental como lo es la cohesión de todos para un mismo fin no se haya podido concretar, porque por encima de ellos prevalecen otros deseos.
Construyamos puentes o simplemente caeremos de nuevo en el abismo. No culpemos a nadie de nuestro destino, porque somos corresponsables de lo que pasa frente a nuestros ojos y nos hacemos los despistados o indiferentes, por el simple hecho de satisfacer nuestro ego.
Este es el momento histórico para el verdadero cambio. Construir puentes firmes es el cambio necesario. O, también, construir desde abajo una nueva plataforma, universal y justa, fresca, abierta a la luz, con gente nueva es el otro posible cambio.
Yo, soy pueblo.
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo