¿Es prioridad la educación?, por Simón Boccanegra
Los curas y las monjas de Fe y Alegría anunciaron que no llamarán a inscripciones a sus alumnos porque ya no tienen ni cómo comprar tiza. Son 600 mil niños los que se quedarían sin escuela, y no precisamente en las urbanizaciones de la clase media o en las de los ricos. Aristóbulo trata de excusarse. Según él, no es una obligación contractual la del Estado con Fe y Alegría. Si no lo es, ¿por qué se aprueba una partida presupuestaria para tal fin? ¿O es que Fe y Alegría le vende números de su rifa anual al Ministerio de Educación para obtener la plata que necesita? Si Fe y Alegría no diera educación a más de medio millón de niños, ¿lo estaría haciendo el Estado? Los colegios católicos están siendo víctimas del espantoso desorden administrativo que caracteriza al gobierno. Sin la menor idea del orden de prioridades, se han gastado la plata en vaya a saberse qué, y el dinero para la educación y la cultura, que debería estar marcado, que debería ser sagrado, ahora no aparece por ninguna parte. ¿Será que tendrán que salir a quemar cauchos los niñitos y las monjitas de las escuelas de Fe y Alegría para que el gobierno les pare bola?