¿Es tiempo de ser ágiles?, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidSomozaM
Si algo tienen claro los atletas es que para tener éxito en cualquier prueba o competencia en la que participen son clave sus habilidades. Esto se refiere a la capacidad que tiene la mayoría de ellos de incorporar rápidamente nueva información y ajustar la estrategia para lograr un resultado específico, como lo es ganar.
Los deportistas poseen agilidad, que es crucial en el campo de juego. Pero la agilidad también es fundamental en la vida de cualquier persona y, por su puesto, en los negocios. Así que McKinsey & Company, en su análisis What is agile?, hace un paralelismo entre los atletas y los negocios para demostrar la importancia de ser ágiles en ambos entornos.
Ser «ágil en los negocios es una forma de trabajar que busca ir con la corriente del cambio inevitable en lugar de trabajar en su contra», según la firma, y la razón es que esa estrategia permite actuar rápidamente ante los cambios y progresar.
«A medida que los entornos empresariales, sociales, económicos y políticos se vuelven cada vez más volátiles, la única forma de enfrentar los desafíos de los tiempos que cambian rápidamente es cambiar con ellos», asegura MaKinsey. Y la vía para lograrlo es adoptando, precisamente, una mentalidad ágil.
Veamos por qué. Las organizaciones tradicionales, aunque su estructura puede ser fuerte, frecuentemente son rígidas y su capacidad de respuesta suele ser lenta. Están optimizadas para operar; sobre todo, en situaciones estáticas y aisladas. Mientras, las organizaciones ágiles están diseñadas para responder a cambios rápidos.
Esto nos lleva a la pregunta: ¿cuáles son las características de una organización ágil? Para empezar, sostiene MacKinsey, «una organización ágil es una red de equipos habilitada por la tecnología, con una cultura centrada en las personas que opera en ciclos rápidos de aprendizaje y decisión. La agilidad agrega velocidad y adaptabilidad a la estabilidad, creando una ventaja competitiva en condiciones inciertas».
Además, todas las organizaciones ágiles tienen cinco aspectos en común. Los dos primeros son: establecen un propósito y una visión compartidos que ayuda a las personas a sentirse involucradas, lo cual contribuye a alinear a los equipos con funciones y procesos a veces muy variados; y suelen reemplazar las estructuras de arriba hacia abajo con redes de equipos flexibles y escalables como una forma de empoderarlos.
El tercero es que los equipos trabajan en ciclos cortos y rápidos, y luego aprenden de ellos recopilando información para aplicarlo en un futuro. Este modelo acelera el ritmo en toda la organización, priorizando los sistemas de gestión dinámicos.
Y los dos últimos se resumen en poner a las personas en el centro, buscando crear valor para una gama mucho más amplia de partes interesadas y generar un impulso transformador; y el replanteamiento radical del modelo organizacional mediante tecnología de última generación.
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Entonces, ¿cómo debería una empresa implementar una transformación ágil para alcanzar esos cinco rasgos en común? De acuerdo con una encuesta de McKinsey, la mejor manera de realizar una transformación ágil es que toda una organización haga la transición a ágil, en lugar de solo departamentos o equipos individuales. «Esto es ambicioso, pero posible», afirma.
Y, por último, ¿quién debería liderar la transformación ágil? La respuesta es aquel líder que se ponga en sintonía, que se sienta cómodo con el cambio y la incertidumbre, y cuya mentalidad se alinee con la transformación, pues esa mentalidad da forma a la cultura organizacional y puede hacer o deshacer una transformación ágil exitosa.
Al final, la agilidad es vista por cada organización de manera diferente, pero las ventajas que proporciona —entre ellas, dinamismo y estabilidad— son dignas de considerar y «fundamentales para tener éxito en el entorno competitivo que cambia rápidamente en la actualidad», como bien dice MacKinsey.
Así que a las empresas les llegó la hora de decidir si es tiempo de ser ágiles…
David Somoza Mosquera es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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