Escándalo mata escándalo, por Simón Boccanegra
Mientras los venezolanos, unos en serio, otros en joda, se distraen con las incidencias del safari colombiano en Daktari, ¿qué pasa con los soldados quemados en Fuerte Mara? ¿Aprovechará esto el oficialismo para enterrar definitivamente a los soldados Pedreáñez, Bustamente y Aguilar? ¿Se habrá quitado de encima Isaías Rodríguez la preocupación de tener que averiguar cómo fue que torturaron hasta matarlo al joven Juan Carlos Zambrano? ¿Respira tranquilo el famoso Mundaraín ahora que las torturas que ni siquiera él pudo negar están en un segundo plano? Así como rasparon a Romulito Henríquez de Fogade, sin hacer olas, para satisfacción de la boliburguesía, que ahora podrá ponerle la mano a los activos que Fogade custodiaba sin el estorbo de un funcionario que tenía la extravagante idea de que la ley es para cumplirla, ¿arreciarán el acoso contra el Banco Central para ver si pueden acomodarlo a los designios de Chávez? ¿Será que, una vez más, el nuevo escándalo matará a los anteriores?