¿Escuadrones?, por Teodoro Petkoff
Plomo y plomo es la ley de algunos pero el delito sigue en alza. Algo muy extraño tiene que estar ocurriendo entre nosotros para que las cifras de homicidios hayan alcanzado los escalofriantes niveles actuales. Hoy publicamos un cuadro comparativo con algunos otros países de América Latina y las diferencias son abismales. ¿Es el venezolano más violento que otros latinoamericanos? ¿Existen factores socioculturales específicos de Venezuela, que no están presentes en sociedades vecinas, y que explicarían nuestra mayor propensión a la violencia homicida? Es difícil de admitir esta supuesta «excepcionalidad» venezolana. Aquí tiene que estar presente otro factor, una voluntad homicida dirigida y diríase que planificada, sobre el cual hay que discutir descarnadamente: ¿están actuando «escuadrones de la muerte» en la lucha contra la delincuencia? Si nos atenemos a la opinión del ex magistrado Jorge Rosell, ratificada hoy en declaraciones para TalCual (página 7 de esta edición), esa posibilidad tiene que ser colocada sobre el tapete.
Un interesante trabajo de El Nacional muestra que sobre 138 homicidios escrutados (de los 230 del fin de año), 60 correspondieron a diversas razones, desde las riñas hasta los linchamientos, pero 88 (¡88!) se agrupan en los rubros: «ajuste de cuentas» (73) y «abatidos en enfrentamientos con policías» (15). Así es cada fin de semana. Resulta difícil de creer que entre las bandas venezolanas tengan lugar más ajustes de cuentas que entre las bandas colombianas del narcotráfico, por ejemplo. Pero, así sería, de acuerdo con esta estadística. Curiosamente, también, en los «enfrentamientos con policías» las víctimas raras veces son agentes del orden, la casi totalidad son siempre esos anónimos «predelincuentes», cuyo abandono de este mundo, precisamente por eso, no merece ningún tipo de investigación policial. Raras veces se informan las circunstancias de esos «enfrentamientos» y prácticamente nunca se dice cómo fueron esos «ajustes de cuentas». Raro, muy raro.
El doctor Jorge Rosell avanza una explicación. Considera que desde el Gobierno se está convirtiendo a los organismos policiales en «cuerpos delictivos, que cometen violaciones a los derechos humanos, como torturas y homicidios». De acuerdo con Rosell (recordemos, ex magistrado del rincón de Iván, que se negó a continuar formando parte de ese combo), «el solo hecho del aumento desmedido del número de muertos atribuidos a enfrentamientos entre bandas o con la policía, hace pensar que allí tienen metidas las manos los cuerpos represivos del Estado».
¿Exagera el doctor Rosell? Aquí se ganaron elecciones con consignas como «plomo al hampa». Aquí se ha hecho circular como moneda de buena ley la idea absurda de que matando «predelincuentes» se «limpia» la sociedad y se ponen diques al hampa. El resultado es exactamente el opuesto. Mueren y mueren supuestos integrantes de «bandas», pero los delitos continúan en alza. Ese aterrador «parte de guerra» semanal no hace sino incrementar la paranoia colectiva y contribuye poderosamente a la creación del clima violento. Al ministro Dávila TalCual pregunta: ¿La política antidelictiva es la de «escuadrones de la muerte»?
Cuadro
-Venezuela gana (*)
-Fiestas dejaron 5 muertos / Nicaragua
-Trágico fin de año culmina con 16 muertos / Chile
-Mueren 25 personas en accidentes y riñas al final del año / República Dominicana
-116 muertes violentas durante fin de año / Colombia
-(*) Entre Navidad y fin de año los decesos suman 443. Del 29 de diciembre al 2 de enero se reportaron 230 muertes. El fin de año se llevó 158. Todos homicidios.
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