EsPaja confirma que construcción de carretera en El Ávila deteriora su ecosistema
Un video que circuló en la red social Twitter a comienzos de noviembre de 2019 denuncia un presunto crimen ecológico: se comete en la cara que mira hacia Caracas del Parque Nacional El Ávila, icono visual y refugio de verdor para los habitantes de la capital venezolana:
Las imágenes del Parque Nacional El Ávila que muestra el video en su mitad izquierda son reales. Son tomadas de otro video que se publicó el 29 de octubre de 2019 en la página oficial de Facebook del Sindicato Unitario Nacional de trabajadores de Inparques (Sunepinparques).
Si usted no vive en Caracas, o carece de la oportunidad de observar con frecuencia el sector aledaño a Maripérez de la montaña en la que los ojos de los capitalinos encuentran un «momento de solaz» —según el célebre «Canto al Ávila» de Ilan Chester—, debe saberlo: las empresas Ventel (de capital público) e Inversiones Alfamaq (privada) ejecutan allí desde 2016 las obras de un sistema de teleférico alterno al que actualmente presta servicio hasta las inmediaciones del Hotel Humboldt.
Según el proyecto todavía inconcluso, los funiculares tendrían cabinas un poco más grandes (para ocho pasajeros) que las del ST Warairarepano (seis pasajeros) y prestarían servicio hasta Macuto (estado Vargas), en la otra cara de la montaña. La ruta es similar a la del primer teleférico en El Ávila construido durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y que funcionó de manera interrumpida entre 1956 y 1989. Este nuevo sistema incluiría un teleférico de carga que ha sido bautizado «El Aguilucho».
El presidente del consorcio al que pertenece Inversiones Alfamaq, Alejandro Ceballos (que también es empresario hípico), fue citado para comparecer ante la Asamblea Nacional en diciembre de 2018, pero no por la construcción en el Ávila, sino por investigaciones de corrupción vinculadas al caso «Acapulco Venezolano» (en Anzoátegui) y a las obras de saneamiento del río Guaire que prometió Jacqueline Faria, ex ministra de Ambiente, en 2006. Según el portal de Alfamaq, en todos los casos las denuncias fueron declaradas improcedentes.
En ninguna parte del proyecto, sin embargo, se menciona la construcción de la carretera de tierra en forma de zigzag notoriamente visible desde la ciudad que, hacia finales de 2019, hiere a los dolientes del Parque Nacional, como alerta un reportaje del portal noticioso Crónica Uno del 26 de junio de 2019.
Loma del Viento es el nombre del sector sobre cuya deforestación se alerta en el video de Sunepinparques replicado en Twitter, así como en otras publicaciones del sindicato:
Foto: Facebook del Sindicato Unitario Nacional de Inparques (Sunepinparques)
«Las imágenes del video son reales y corresponden al Parque Nacional del Ávila. Prefiero hablar de degradación del ecosistema que de ecocidio o crimen ecológico, porque el plan de ordenamiento del Parque Nacional contempla la construcción de teleféricos, aunque con restricciones», explicó a EsPaja.com Marlene Sifontes, secretaria de Organización del sindicato de Inparques.
«El plazo del permiso de construcción en el Ávila otorgado a Inversiones Alfamaq ya se venció. En ninguna parte estaba contemplada una carretera de tierra. No hubo estudio previo de impacto ambiental ni supervisión posterior de las obras por las autoridades del Instituto Nacional de Parques de Venezuela (Inparques). Partes de la montaña se están cayendo a pedazos debido al camino. Comenzamos a denunciarlo e hicimos los videos. Tampoco está claro en el proyecto para qué servirá el teleférico de carga (no llegará hasta La Guaira)», se pregunta Sifontes.
Otro de los documentos audiovisuales de denuncia de Sunepinparques, en este caso difundido el 3 de marzo de 2019:
Aunque las imágenes del Ávila en el video replicado en Twitter son reales, el audio con la voz del hombre que llama «depredadores» a las autoridades del régimen de Nicolás Maduro fue agregado posteriormente y es una manipulación (al igual que las fotos fijas de la Cruz del Ávila y del gobernante de Venezuela que se observan a la derecha, obviamente).
Aunque el hombre dice estar en el lugar de los hechos mientras supuestamente está grabando el video, se aprecia que el audio no guarda relación con los cortes de edición de las imágenes.
