EsPaja | ¿Es cierto que «antes» había una sola marca de harina de maíz precocida?
El adverbio «antes» es impreciso. Pero incluso en los momentos de peor escasez de harina de maíz precocida —que coincidieron precisamente con la administración de Nicolás Maduro—, es falso el escenario de que en algún momento haya existido una sola marca monopolizadora de este producto
Texto: Alexis Correia
La cita es de uno de los llamados «miércoles productivos» de Nicolás Maduro, que en pleno 6 de octubre de 2021, comienza con una gaita navideña. Minuto 44 de la grabación: «Estamos produciendo el arroz, estamos produciendo los granos para ponerle al CLAP y para los mercados en general; el arroz, la pasta, la harina de maíz precocida; hay más de 300 nuevas marcas de harina de maíz precocida, una mejor que otra; eso es una revolución económica, que en Venezuela haya 300 marcas. Antes había una sola harina de maíz precocida, muy mala, de paso; se ha ido poniendo cada vez peor. Ahora hay 300, una mejor que otra».
El adverbio «antes» es impreciso: puede referirse a cualquier momento entre 1954 —cuando Luis Caballero Mejías patenta la harina de maíz precocida— y el día anterior a la intervención pública. En todo caso, la afirmación de Nicolás Maduro es inexacta. Incluso en los peores momentos de escasez de este y otros productos básicos en la mesa venezolana —que coinciden precisamente con una parte del período 2013-2019 de Maduro—, el escenario de un monopolio absoluto de una sola marca de maíz no se adecúa a la realidad del mercado.
Un reportaje del portal La Patilla que coincide con uno de esos períodos de escasez —tiene fecha del 4 de junio de 2016— sirve de registro de un momento en el que la harina PAN, producida por Empresas Polar y la más popular y consumida del país, era la que más se conseguía en los anaqueles semivacíos. En gran medida, por el retroceso de las marcas de harina de producción estatal, algunas de ellas expropiadas a consorcios privados. Pero tampoco era exactamente la única disponible.
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El artículo de La Patilla de 2016 contiene una encuesta de Datanálisis divulgada por Empresas Polar en la que harina PAN aparece de primera como «la marca que más se consigue» entre los usuarios encuestados (77%). Le seguían de lejos, pero con alguna presencia, las marcas Juana (5,6%), Mazorca (3,9%), Doña Emilia (2,3%), Venezuela (2,0%), Lucharepa (1,7%) Demasa (0,4%), Promasa (0,4%), Casa (0,1%), Doña Rosa (0,1%), Proal (0,1%), Ricarepa (0,1%), otras (4,9%) y la opción «no contestó» (0,7%). Ninguna de ellas comparable con harina PAN, pero tampoco inexistentes:
Algunas de estas marcas, como Harina Juana —que pasa a manos del Estado con la expropiación de Monaca en 2010—, tienen una presencia de al menos 45 años en el mercado venezolano y nunca han desaparecido por completo; este artículo de opinión de Aporrea (13/05/2013) repasa la historia de algunas de las marcas alternativas a Harina PAN. Parte de esa historia también es recopilada en este artículo del portal Grupo LiPo, también de 2013.
«Desde que Nicolás Maduro asumió la Presidencia en abril de 2013, la mayoría de los venezolanos tuvo que despedirse de la variedad de marcas y de presentaciones de alimentos que que acostumbraba consumir y conformarse con los escasos productos que se consiguen, a veces incluso solo en el mercado negro; ello sin mencionar que se han visto obligados a perder horas en colas para adquirir bienes de primera necesidad», indica un reportaje sobre la escasez de harina de maíz publicado por Tal Cual (fecha: 6 de junio de 2019). Más extractos del texto:
«Uno de los alimentos que prácticamente desapareció fue la harina de maíz precocida, una realidad dura para el consumidor, pues Venezuela es considerado uno de los países con más ingesta de maíz per cápita. (…) Antes de la llegada al poder de Maduro se conseguían en el mercado aproximadamente unas once marcas de harina de maíz: PAN (en diferentes presentaciones), Demasa, Juana (y sus variedades), Ricamasa, Doña Emilia, Venezuela Socialista, Lucharepa, Maizkel y Suave Masa, entre otras; aunque el predominio ha sido siempre de la elaborada por Alimentos Polar (…) Desde hace más de seis años no se ve en el mercado ni rastro de la producción del sector público, que cuenta con 41% de la capacidad instalada para elaborar harina de maíz en el país, dividida en Pronutrico (6%), nueve plantas iraníes (5%), Proarepa (8%), Monaca (15%) y Demaseca (7%)»
Incluso en los peores momentos de escasez del período 2013-2019 de Nicolás Maduro, la noción de un mercado de harina de maíz dominado de manera absoluta por una sola marca (harina PAN) es poco realista. Otras marcas privadas y estatales siguieron teniendo presencia, incluso reducida. Y gran parte de esta reducción que dejó a Empresas Polar la mayor porción del consumo, según fuentes documentales, se debió precisamente a la mala administración de las procesadoras del sector público.