Espinito Morales, por Simón Boccanegra
Muy sensible está la piel de la presidenta del TSJ, Luisa Estella Morales. Sin compartir lo publicado en el semanario 6to Poder, defendemos su derecho a hacerlo. La magistrada demuestra que tiene doble cara elevada al cuadrado. Por un lado pone en evidencia que el poder que encabeza tiene dos velocidades. Una lenta y pesada, que sufre la inmensa mayoría de quienes están en las prisiones del país. Los pobres entre los pobres. La dignidad de esas personas y de sus familiares le importa un carajo a Morales. Otra velocidad es la que aplica a los adversarios de la «revolución». Contra ellos actúa a toda máquina, hasta en día feriado. Pisoteando su dignidad. Un ejemplo, la juez María Lourdes Afiuni. Lo de ayer también pone en evidencia, otra vez, que es muy sensible ante lo que reproducen los medios. Una nota del periodista de Últimas Noticias, Eligio Rojas, publicada en 2007, donde revelaba la participación de un hermano de Morales en la compra de un terreno, hizo que la jueza presionara y el director del referido diario la complaciera removiendo al reportero de la fuente judicial. Dos años después, ante la pregunta de la periodista de El Nacional, Vanesa Gómez, sobre unas críticas a decisiones de la Sala Constitucional, le respondió, en tono amenazante, recordándole lo ocurrido a Rojas, y afirmando que era ella como el «espinito». Muy valiente con los periodistas pero pusilánime con Chacumbele, a quien no tiene el valor de decirle que la Ley de Emolumentos es ilegal, pero cobra su cestaticket. Esta vez fue más allá y encarcela periodistas. Alega que lo publicado afecta su dignidad. Que es una afrenta a la mujer venezolana, como si ella las representara. Si así fuera, debería haber dicho algo respecto a las ofensas que desde el VTV hacen contra distintas mujeres, entre ellas María Teresa Castillo. Ante esos agravios, Morales calla, porque sabe que son del agrado de su jefe. En ese caso el espinito pierde valor.