Espíritus burlones, por Simón Boccanegra

Hoy es el primer aniversario de la megaplasta. Fue un delito continuado; se prolongó en el actual CNE. Para comunicarse con éste hay que hacerlo mediante sesiones de espiritismo, convocando el ectoplasma de Roberto Ruiz y de sus aún más incorpóreos colegas. Del organismo electoral se sabe por lo que NO hace. No debe haber otro país en el mundo donde la indefensión del ciudadano alcance los extremos que tiene aquí. Un año después no se sabe qué pasó en Mérida, en Nueva Esparta o en Anzoátegui. Para compensar, el CNE decidió recontar los votos donde nadie se lo ha pedido (Chacao y Los Salias), donde, mire qué coincidencia, no ganó el MVR. Como si fuera poco, estos tramposos estructurales se preparan para hacer sus trucos en las elecciones del sindicato del CNE. Los jefes del organismo, desde Ruiz hasta Avella, pasando por el general Santéliz y demás funcionarios de libre remoción, se han inscrito en el sindicato para poder votar. Estos sí es verdad que le acatarran las hipérboles hasta al danto de María Lionza.