Esta gente no entiende, por Simón Boccanegra
Anuncian desde el PSUV «movilizaciones populares en defensa de la soberanía nacional». Dijo Rodrigo Cabezas que comenzarán hoy en Maracay y, como temiendo una escuálida asistencia, se apresuró a aclarar que será una «movilización del pueblo de Aragua, no de la región central».
La cosa, según el vocero, continuará en el estado Bolívar la próxima semana. El asunto servirá pues para defender la patriótica «repatriación del oro», decisión que les tomó casi 13 años, no sabemos si por exceso de meditación o por ignorancia de su paradero. Un integrante del afónico y ninguneado gallo rojo fue más allá, y arremetiendo contra la oposición democrática se mandó una intervención que es todo un compendio de necedades. La acusa de formar parte del plan de Estados Unidos para enfrentar a los pueblos «que luchan en defensa de su soberanía»; de magnificar los problemas «heredados de los 40 años» para justificar una intervención; y por último, sin necesidad de haber sido exprimido, torturado, como ocurría con las víctimas de los juicios de Moscú, largó esta alabanza a la justicia chavista: «nunca había habido tanta actuación independiente del sistema jurídico como hoy». Mientras en el país el único record que se bate es el de homicidios (el fin de semana pasado ingresaron a la morgue 70 cadáveres), crecen las protestas por calamidades concretas como la falta de electricidad, vivienda, salud, incumplimientos laborales y pare usted de contar. Pero esta gente está dedicada a la práctica de la política del gato, y mientras esconden sus detritus, arman un follón para despertar el menguado entusiasmo de sus seguidores. La golpeada esperanza de las masas no se recupera con inflamadas proclamas patrioteras. El problema es que se les acabó el tiempo, perdieron casi 13 años y no hicieron otra cosa que destruir al país. La cuesta de diciembre del 2012, les resulta tan difícil que hasta el mismo Chávez ha convertido su enfermedad en un chantaje electoral.
Definitivamente esta gente no entiende nada de nada.